Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

martes, 26 de marzo de 2013

HOTEL PUIGMAL

ACAMPADA EN EL PUIGMAL   


Este invierno ha sido prácticamente nulo en salidas de alta montaña. El tiempo, el trabajo y, sobretodo, el estar de reformas bricolageras en casa, han tenido la culpa. Nos queda el consuelo de revisar nuestros relatos de excursiones de otros años pensando que vendrán épocas mejores... Uno de los escritos que hemos releído recientemente trata de una actividad tan curiosa como original que realizamos en Abril del 2007, cuando se nos ocurrió acampar en la cima del Puigmal. La experiencia fue dura, bonita y estimulante. De esas que se recuerdan con una sonrisa...

Como que la ruta de ascensión del Puigmal desde Nuria es archiconocida y esta muy bien descrita en infinidad de guías y entradas de Internet, no ponemos el acostumbrado cuadró técnico de la excursión. La verdad es que no sabríamos que escribir en algunos de los apartados del mismo. Fue una actividad difícil de catalogar, que aconsejamos realizar si se dispone del equipo adecuado y si se tiene un mínimo espíritu romántico y aventurero. Dormir en tienda, con nieve y absolutamente solos, en lo alto de una de las montañas mas elevadas y frecuentadas de nuestra geografía, no fue nada del otro mundo. Pero tuvo mucho encanto. Durante unas horas, nos hizo sentirnos un poco diferentes y algo mas vivos. Estuvo muy bien... 











Hotel Puigmal. Categoría de mil estrellas y una luna. Una sola habitación,muy reducida. Cuarto de aseo enorme, pero sin sanitarios, ni agua corriente. Vistas fantásticas…

Acampar con nieve en la cima del Puigmal es una experiencia gratificante, diferente… Lo importante es la noche, no lo que se hará mañana. Al igual que una suite exclusiva, la estancia no es nada barata, y no hablo sólo de dinero. Aparte del equipo adecuado (que vale lo suyo), se ha de vencer  la aprehensión que podamos sentir ante el hecho de dormir en altura sobre nieve, y tener moral para acarrear una pesada mochila durante mas de 900 metros de desnivel. Habitual del vivaque en mis años mozos, la edad me ha vuelto gordo y comodón, alejándome de estas prácticas montañeras. Hace algún tiempo se me ocurrió rememorar alguna de las veladas que antaño pasé en una cima, collado, cresta o pared, sin mas techo que un cielo unas veces nublado, otras tormentoso, otras tapizado de estrellas. De esta manera surgió el proyecto “Hotel Puigmal”…

Viernes 20 de Abril 2007. La semana ha sido de las que mejor olvidar. Estamos sin plan para el fin de semana, con el coche medio averiado y con un compromiso inexcusable para mañana por la mañana. Queremos salir.¿Pero como y donde? Tenemos una idea. ¿Y si pusiéramos en práctica lo del “Hotel Puigmal”? Dicho y hecho. Un minuto mas tarde estamos consultando los horarios de Renfe y su combinación con el tren cremallera que va de Ribes de Freser a Nuria. Mañana sábado llegaríamos a las 16.40 h, un poco tarde, pero podría valer…

Sábado 21 de Abril, 12.00 h. Las enormes mochilas están preparadas. La canguro de Ton (nuestro perro) avisada… Cargamos los trastos en el coche y partimos hacia la estación de Sants. El cabrito del Nissan va bastante bien. Así que decidimos arriesgarnos… Con algún  que otro tirón, y sin pasar de 100 Km/h llegamos a Ribes de Freser bajo un intenso chaparrón. Tras comer en un bar, continuamos hacia Queralbs. En el aparcamiento de la estación del tren cremallera sopesamos las mochilas. ¡Es horrible! Con tamaña carga nos será imposible alcanzar la cima del Puigmal antes de que se haga de noche. Rápidamente reconsideramos la impedimenta. Dejamos en el maletero comida, las fundas de vivac, un piolet, ropa, las raquetas y otras cosas. Pero los petates nos siguen pareciendo monstruosos (alrededor de 13 Kg). El tren se acerca. No hay tiempo para aligerar mas. Resignados partimos a toda prisa hacia la estación en medio de una fina lluvia. “Total, si el tiempo sigue así acabaremos en la zona de acampada del Santuario…”, pienso para mi mismo…

A las 15.51 h llegamos a Nuria (1965 m). No llueve, pero parece que vaya a hacerlo de un momento a otro. La niebla cubre las partes altas de las montañas. Se oye algún trueno… Hay poca gente en el santuario. Nadie en la montaña. Tenemos la sensación de que vamos a meternos en un lío. Pero en ningún momento pensamos en cambiar de plan. Me sorprende ver a Encarna tan poco preocupada… Dice que confía en mi “buen juicio”. Yo no…

Hacemos un breve alto para acabar de ajustar los mochilones, dejar a mano las capelinas e ir al aseo. A las 16.00 h empezamos a caminar. Hasta la cima del Puigmal hay algo mas de 900 metros de desnivel, la mayoría con nieve. Habremos de superarlos en menos de 4 horas si queremos plantar la tienda con algo de luz. Con el muerto que llevamos en la espalda sólo podemos caminar de una manera: despacio. El problema es que no vamos sobrados de tiempo y que nuestra forma física (sobre todo la mía) deja bastante que desear. Queremos subir por la archiconocida ruta de la Coma de l´Embut. Esperamos encontrar una buena traza y no arrepentirnos de haber dejado las raquetas en el coche.

La primera parte del recorrido esta seco. Tardamos 20 minutos en alcanzar el poste señalizado donde se separan los caminos  que van al Puigmal, uno por la Coma de l´Embut, el otro por el Collado de Finestrelles (16.20 h, 2050 m). En los picos de Torreneules el cielo está negrísimo. El chaparrón es inminente… Hacia el Puigmal las nubes también son continuas pero algo mas claras. Nos miramos sin decir nada. No hace falta. De momento no llueve. Eso es lo único que nos importa. Continuamos subiendo (SO) hacia el inicio de la canal de l´Embut (16.35 h, 2160 m). Ahí comienza la nieve. El camino sube por la ladera situada a la derecha de la canal y se ve seco. Pero preferimos ir por el fondo de la canal. El recorrido es mas bonito, y hay mas huellas…

Los primeros pasos por nieve son esperanzadores. Nos hundimos menos de lo esperado. La subida es razonablemente cómoda y fácil. Nos hemos acostumbrado a las mochilas y notamos menos su peso. Pero como dice el refrán, “poco dura la alegría en la casa del pobre”. Al ir ganando altura la nieve se hace abundante y pastosa. Frecuentemente nos hundimos hasta la rodilla, a veces mas… Hay muchas huellas, pero son de bajada y no van bien. Nos turnamos en cabeza. La verdad es que ir detrás de Encarna no me libra de hundirme, pero me descansa y relaja…

Tras superar los tres estrechamientos de la canal llegamos al inicio de la Coma de l´Embut (17.30 h, 2420 m). Delante nuestro se alza la cara NE del Puigmal. Mas o menos por su centro sube una línea de huellas en un recorrido directo y pendiente de mas de 400 m de desnivel. Otras trazas siguen el torrente de la Coma de l´Embut y, tras dejar atrás el rellano elevado donde se encuentra el pluviómetro, inician el ascenso hacia el cordal septentrional del Puigmal. Nos detenemos en una isla de rocas y estudiamos la situación. El cielo continua chungo. La parte alta del Puigmal esta tapada por la niebla. La nieve esta hecha una mierda. No hay una puñetera traza que nos vaya bien... En estas condiciones las dos rutas serán problemáticas. Decidimos subir por las mas directa pensando que, si se desata la tormenta, será mas rápida de bajar. Un criterio como cualquier otro…

Por una vez la suerte nos sonríe. Mientras sudamos la gota gorda, y nos dejamos los ánimos y alguna cosa mas remontando la ladera inacabable y pastosa, el tiempo mejora. Las nubes se abren. De cuando en cuando incluso luce un sol blanquecino. La vertiente por donde nos movemos está formada por rampas empinadas separadas por tramos menos pendientes. Al final de cada escalón acostumbra a haber un palo de colores que sobresale de la nieve. Cuando llegamos a uno nos proponemos  alcanzar el próximo en un tiempo que nunca cumplimos. Pero esto es lo de menos. Lo importante es encontrar un método para mantener vivo el interés y la moral.

Poco a poco nuestro ritmo se apaga,. Las paradas se hacen mas continuas. Los relevos en la cabeza mas habituales. Jadeos, ahogos, mocos, toses, algún que otro “joder vaya subidita”… El peso de la mochila, la calidad de la nieve, la ansiedad por que el reloj corre demasiado deprisa… Todo pasa factura al físico y al coco. Pero seguimos hacia arriba hipnotizados por la línea del cordal que, como si jugara al escondite con nosotros, aparece y desaparece entre las nubes.

A las 19.35 h alcanzamos el cordal cimero (2895 m). La niebla impide ver nada. Un viento helado y cortante nos obliga abrigarnos sin pérdida de tiempo. Con la tranquilidad de conocer bien la ruta (la hemos hecho muchas veces) continuamos hacia el oeste (derecha sin visibilidad. Un corto tramo horizontal y en ligero descenso, nos lleva al pie de un pequeño escalón rocoso que superamos en diagonal. Unos metros mas y casi nos esmorramos con una de las cruces de la cima de un solitario Puigmal (19.45 h, 2911 m). La subida ha durado 3h 45min, algo menos de lo que habíamos previsto. Estamos contentos y mas que satisfechos por haber sido capaces de llegar. También muy aliviados de que se haya acabado el esfuerzo. De las muchas veces que hemos ascendido esta montaña, esta es la mas curiosa, original y, posiblemente, solitaria. Una gozada…

No hay tiempo que perder. El reloj vuela. Pronto empezará a anochecer. Nos hacemos una fotografía y buscamos un lugar para acampar. La cumbre esta libre de nieve y tiene dos paravientos que nos irían bien. Pero descartamos esta opción por estar demasiado a la vista. Preferimos algo mas apartado, aunque esté nevado y sea algo mas incómodo. Retrocedemos sobre nuestros pasos unos metros, hasta el pie del pequeño escalón. Entonces seguimos al norte, como si fuéramos al collado d´Err. Antes de que la ladera empiece a bajar encontramos una zona mitad pedregosa, mitad nevada, estrecha, razonablemente horizontal y medio protegida por una cornisa de nieve. Teniendo en cuenta la hora, las condiciones y que hay poco para elegir, nos damos por satisfechos. Además el lugar está bastante disimulado. Difícilmente nos verán los madrugadores que mañana suban por la vía normal. Son las 20.05 h. Nos encontramos una quincena de metros por debajo de la cumbre y a unos 50 metros de distancia en dirección N-NE.

Dejamos las mochilas e iniciamos los preparativos. Primero agrandar la plataforma nevada con la pala, aplanar el suelo en lo posible y eliminar las piedras mas molestas, algo que solo conseguimos parcialmente. Después montamos la pequeña tienda. Al carecer de una estructura auto-portante su estabilidad depende de los tensores, que hay que fijar bien. El piso hace inservibles las piquetas, que utilizamos a modo de anclas de bloqueo entre las piedras, que por suerte hay de sobras.

En mas tiempo de lo habitual, pero con menos problemas de los que esperábamos, conseguimos un montaje digno que a mi me parece bastante seguro. A Encarna no tanto… Para tranquilizarla le recuerdo que la meteo anunciaba una noche serena y con viento suave. Sin sobresaltos que pongan a prueba nuestro garito… Debería haberme callado. Como si alguien hubiera oído, rompe a nevar con intensidad. En pocos instantes el suelo se vuelve blanco y la superficie de la tienda se cumbre de puntos blancos. La cara de Encarna es un poema… Diez minutos mas tarde la precipitación cesa tan bruscamente como empezó. El episodio nos deja pensativos y algo preocupados por lo que ha de venir. Pero como que nada podemos hacer, nos encogemos de hombros confiando en la fiabilidad de nuestro pequeño refugio de nylon.

El tiempo pasa volando. El día se apaga. Encarna, que tiene las manos y los pies helados, se mete en la tienda para organizarla por dentro mientras intenta entrar en calor. El habitáculo, que ya es escaso con un montaje correcto, ha quedado muy reducido al no haberlo fijado el suelo. Entrar en el mismo es como retroceder en el tiempo y volver al útero materno…

Mientras que Encarna “amuebla la casa” yo aprovecho las últimas luces del día para mejorar la sujeción de la tienda, fundir nieve y hacer algunas fotografías. Poco a poco la niebla se diluye. Aparece un cielo oscuro con un resquicio de luna y alguna tímida estrella. El paisaje es soberbio e irreal. Las montañas nevadas, iluminadas por una claridad lechosa y azulada, contrastan con la negror de los valles donde aparecen multitud de luces. Se mantiene un viento suave y helado. El frío es intenso. También reconfortante. Hacia tanto tiempo que no tenía estas sensaciones…

Abrigado con mi plumífero, con las extremidades calientes y el espíritu sobre excitado, camino unos metros hacia el norte, hasta el lugar donde la ladera se desploma hacia la Coma de l´Embut. La vista del valle y de los montes de Nuria es soberbia, familiar pero diferente. Intento hacer un fotografía.  Pero la luz es muy escasa y la imagen queda movida. Y pensar que por ahorrar 200 g dejé el pequeño trípode en el coche… Oigo a Encarna renegar y quejarse por el intenso dolor de sus manos que vuelven a entrar en calor. La consuelo diciéndole que es buena señal. Me contesta de con un gruñido. “Pobrecilla”, me digo a mi mismo, seguro que nunca imaginó que algún día se vería en una situación así...

Tras una larga espera conseguimos que el minúsculo fogón transforme la nieve en agua casi hirviente y podamos hacernos una sopa. ¡Que bien entra la condenada! Encarna ha “recuperado” las manos y está mas animada. Incluso sale de la tienda para cenar conmigo. Se ha cerrado la noche y la oscuridad es casi completa. Llego la hora de irse a dormir. Recogemos y ordenamos las cosas en el minúsculo ábside de la tienda antes de entrar en la misma. Primero ella. Después yo. Retorciéndonos como gusanos en un agujero escaso, nos metemos en los sacos de plumas y entramos en calor. Si no fuera por el piso pétreo e irregular que nos tortura la espalda, culo y cintura, se estaría de cine. La sensación de soledad y el silencio son absolutos. Sólo el rumor de las paredes de la tienda agitadas por alguna ráfaga de viento, rompe la paz del momento. No tengo sueño y hay buena cobertura. Así que llamo a mi hermano y a un amigo del trabajo. Alucinan cuando les digo donde estamos. También nos dicen que nos faltan algunos tornillos…Después ojeo un librito de poesía que nos han regalado en la estación de Querlabs. Enseguida me quedo dormido…

La noche transcurre sin mas incidencias que algunas ráfagas de viento y una escapada nocturna para “cambiar el agua de las olivas”. Cuando me despierto el sol ilumina la parte superior de la tienda, cuya superficie exterior está totalmente escarchada. El resto del agua que fundimos ayer y quedó en el pote de aluminio, está hecha un cubito. Y eso que estaba en el avance de la tienda… La noche ha tenido que ser muy fría, pero no nos hemos enterado. El único problema han sido la incomodidad del suelo…

Nos hacemos los remolones dentro del saco. Paramos la oreja pero no oímos a nadie. Aún es pronto para que la cima reciba visitas. Esperamos a que el sol ilumine bien la tienda para levantarnos y salir al exterior. Son las 9.00 h. El día es perfecto. Decidimos desayunar en la cumbre. Cogemos dos zumos, un paquete de bizcochos y subimos en diagonal hacia el sur por la ladera de losas que tenemos delante. En un par de minutos estamos en la cima, ¡pero no solos! Dos esquiadores franceses con pinta afierada nos miran con asombro. “¿De donde salen estos dos sin mochila, con las botas medio abrochadas y la comida en la mano?” parecen preguntarse. Les explicamos que hemos dormido ahí al lado. Nos felicitan por la iniciativa y se interesan por como se nos ocurrió la idea y como hemos pasado la noche. Después nos dicen que han subido desde la estación de esquí de Puigmal 2000 (Cerdanya francesa) en 1h 10 min !!! Sin comentarios…

Tras hacernos una fotografía, desayunamos y volvemos a la tienda. La desmontamos, recogemos los trastos y  preparamos las mochilas. Antes de ponernos en marcha nos tumbamos un buen rato al sol,  contemplando las montañas de Nuria desde nuestro privilegiado balcón. Posiblemente, otros en nuestra situación haría rato que estarían recorriendo las crestas nevadas del Pic del Segre, Finestrelles, etc. Pero no sentimos ni deseo ni necesidad de ello. Hemos venido a subir y dormir en el Puigmal, no a hacer la Olla de Nuria, ni nada parecido. Nos sentimos felices y satisfechos. Por hoy ya está bien. Nos cargamos el muerto a la espalda y, chino chano, bajamos tranquilamente a Nuria cruzándonos con montañeros y esquiadores que se dirigen a la cima. Para redondear el día sólo falta una buena comida. Y esto es fácil de arreglar...

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")



EniEn - Abril 2007

sábado, 16 de marzo de 2013

CUESTION DE ILOGICA

ARAGÜELLS, AGUJA JUNCADELLA Y AGUJA ARGAROT 

¿Cuantas cosas hacemos sin otra explicación que una mera cuestión de ilógica? Estoy seguro de que muchas mas de las que nos pensamos. Sirva como ejemplo nuestra la excursión que hicimos en Octubre del 2008 en la zona de Ballibierna (Benasque), en la que ascendimos el Aragüells, la Aguja Juncadella y la Aguja Argarot, tres preciosos tresmiles…



























Tipo Actividad
Ascensión de alta montaña estival
Fecha
Domingo 5 de Octubre del 2008
Asistentes
Encarna, Enric
Zona
Valle de Benasque. Pirineo central.
Inicio ruta
Puente de Coronas. Se accede por pista apta para turismos que parte del Llano de Senarta
Final ruta
Recorrido
Puente de Coronas-Ibonet de Coronas-Ibón Inf.de Coronas-Pico Aragüells-Collado de Cregüeña-Aguja Juncadella-Ibón Inf.deCoronas-Cercanías de la Brecha Inf.de Llosas-Aguja Argarot (puntas S y N)-Brecha Inf.de Coronas-Camino de Llosas (cerca del Ibón de Llosas)-Pleta de Llosas-Puente de Coronas
Noche
No
Horario
Total
10 h 50 min
Efectivo
9 h 20 min, aprox
Cota (m)
Mínima
1960 (Puente de Coronas)
Máxima
3044 (Pico Aragüells)
Climatología
Buen tiempo. Frío a primeras horas.
Nieve-hielo
No
Desnivel Acum (m)
Ascenso
1570
Descenso
1570
Distancia (Km)
12.5
Dific.Física
Muy Alta
Dific.Orientación
Baja-Media (si hay visibilidad)
Dific.Psicológica
Media. Tramos aéreos y algo expuestos.
Dific.Técnica
Baja-Media. Tramos de trepada fácil y divertida(I/I+). Un corto paso de II+ poco antes de la punta N de  la Aguja Argarot
Material
Alta montaña estival. Casco aconsejable.
Cartografía
“Aneto-Mañadeta”, 1:25000, Ed.Alpina, 2010
Bibliografía
“Aneto.120 ascensiones a las 70 cumbre principales”, Itin.12,13,21A,22,26, D.Atela,Ed.Sua,2005
Valoración
Dura y estupenda ruta de alta montaña, poco difícil pero algo entretenida, que asciende tres bonitos tresmiles del macizo Aneto-Maladetas y pasa por los valle de Coronas y Llosas. Gran ambiente y vistas excepcionales.
Comentarios
Una excursión de alta montaña mas que recomendable
Con perros…
Por su bien y por el nuestro, mejor que no….
Track (en formato gpx):

El desnivel y la distancia se obtienen a partir del track con Garmin BaseCamp
La estimación de la dificultad se realiza considerando la actividad como excursión/ascensión y no como escalada.
Si la actividad comporta escalda u otra disciplina técnica, se indica específicamente



Domingo 5 de Octubre del 2008. Laspaules, 6.00 h. Suena el despertador pero no tenemos moral ni ganas de levantarnos. “Para subir el Aragüells no hace falta madrugar”, comento en voz alta. Y seguimos durmiendo. Me despierto una hora y pico mas tarde. Miro por la ventana, veo un cielo limpio de nubes y siento remordimiento por mi comportamiento ilógico. Y es que además del Aragüells teníamos pensado subir la Aguja Juncadella, y si nos quedaban tiempo, fuerzas y ganas, la primera aguja de la cresta de Llosas (Aguja Argarot). Y para esto si que conviene madrugar. Despierto a Encarna y nos ponemos en marcha. A las 8.15 h partimos con el coche cargado con todas las cosas. La lógica dice que acabaremos tarde, por lo que será mejor volver directamente a Begues sin pasar por Laspaules.

La barrera de la pista de Ballibierna está levantada, pero hay dos señales nuevas. Una prohíbe la circulación. La otra indica obras. Ilógicamente pasamos de ambas y seguimos adelante. “Total a estas horas quien nos va a controlar” comento con Encarna. El corazón nos da un vuelco cuando, a media subida, encontramos el coche de la guardia civil que va de bajada. Nos hace luces. Me detengo a un lado mientras pienso una explicación plausible y coherente. Sorprendente  e ilógicamente, pasan a nuestro lado dándonos las gracias por habernos detenido a un lado de la pista.  Poco después llegamos al Puente de Coronas. Hay algunos coches, no muchos. No somos lo únicos infractores. Pero bien pensado, no es lógico prohibir la circulación en la pista y tener la barrera levatada…

Hace frío (0ºC según el termómetro del coche). Encarna se abriga a tope. Yo no. Con la subida que tenemos por delante pronto sudaremos como gorrinos. Por lo que me parece lógico no llevar demasiada ropa. A las 9.10 h empezamos a caminar. Es lo que va de año es la cuarta vez que hacemos el camino del valle de Coronas. Nos lo conocemos tanto que las piedras nos saludan. Llevamos el paso de siempre, hacemos las paradas y las fotos de siempre y perdemos la senda en los sitios de siempre… Una vez mas se impone la lógica de la rutina. A diferencia de las veces anteriores (en que salimos bastante antes) hoy no encontramos a nadie, algo que nos parece lógico teniendo en cuenta la hora que es.

A las 10.42 h llegamos al Ibón Inferior de Coronas (2606 m) que presenta unos reflejos preciosos. El camino baja unos metros, cruza el desaguadero del lago y sube a un cordal rocoso por donde continua en dirección NO. Al fondo, en esa misma dirección, vemos el collado de Cregüeña, con la pirámide del Aragüells a la izquierda y la mole granítica de la Aguja Juncadella a la derecha, nuestros dos objetivos mas inmediatos. A nuestra espalda (SE), una empinadísima canal pedregosa parte del Ibon Inferior y, algo escorada a la derecha, sube a la Brecha Inferior de Llosas. Ahí se inicia la larga cresta SO de la Aguja Argarot, que teníamos pensado subir. Pero la lógica dice que, debido a la hora, habremos de dejar esta ascensión para otro día.

Llegados al lugar donde el camino baja unos metros y cruza el torrente que baja del Ibón del Medio bajo un mosaico de bloques de granito, nos detenemos para coger agua y comer una barrita (11.00 h, 2690 m). Diez minutos mas tarde reanudamos el ascenso. La vía normal del  pico Aragüells deja a la derecha (NE) la ruta del collado Coronas y, por  el fondo del valle (NO) , sube hasta el collado de Cregüeña. Cuando hay nieve es el camino mas lógico. Pero en seco no lo es tanto, ya que comporta atravesar una gran pedrera de bloques de grandes dimensiones donde la progresión es lenta, penosa y hasta peligrosa. Por este motivo la otra vez que vinimos (Octubre 2003) nos pareció mas lógico seguir por lo alto del cordal situado a la izquierda de este valle, y después remontar la cara oriental de la montaña. Es un itinerario evidente pero algo indefinido que, con algún que otro paso aislado de trepada. lleva a la cima con relativa rapidez y comodidad. Para variar hoy vamos por la ruta de la vía normal. Llegando al circo situado bajo el collado de Cregüeña , hartos de subir, bajar y saltar piedras del tamaño de furgonetas, la abandonamos y vamos en busca del itinerario que seguimos la vez anterior. Nos sorprende encontrar hitos y una huella de paso mas o menos continua. Una vez mas se la lógica se abre camino…

A las 12.25 h alcanzamos la cima del Aragüells (3030 m). Descontando la parada, hemos tardado tres horas y cuarto en subir desde el coche. Mas o menos es el mismo horario de  nuestra anterior ascensión y el que marcan las guías. Estamos solos, con un día y unas vistas fantásticas en 360º a la redonda. Nos llaman la atención el pico Maldito (una cuenta que aún tenemos pendiente) y la cresta de Cregüeña, erizada de puntas que superan los 3000 metros. A la primera de ellas (Aguja Juncadella) pensamos subir mas tarde. Las vistas de la pared sur de la Maladeta, del lago de Cregüeña, del Aneto y la cresta de Llosas, también son de las que quitan el hipo. Por no hablar de los valles y montañas mas alejados (Ballibierna, Posets,Perdiguero,Cotiella,etc. Sigue haciendo frío, pero el sol suaviza el ambiente y lo hace muy agradable. Sentados junto el pequeño hito de la cima comemos, descansamos y disfrutamos del momento y del paisaje.

Estaríamos aquí largo rato. Pero el tiempo pasa y nos espera la Aguja Juncadella, cuya subida es un poco mas complicada que la del Aragüells. Tras permanecer 40 minutos en la cima iniciamos el descenso al collado de Cregüeña (13.06 h). Los primeros cincuenta metros son muy empinados y se han de apoyar las manos de cuando en cuando. Después el terreno se tumba y es menos obligado. Bajamos mas rápidamente. A las 13.28 h llegamos al collado de Cregüeña (2905 m).  Esquivamos por la derecha y sin subir una primera punta rocosa (terreno empinado e inestable). Después flanqueamos en ligero ascenso y, con algunos pasos de trepada, alcanzomas un espolón de roca que baja de la cresta SO de la Aguja Juncadella. Al otro lado del mismo sube una canal algo descompuesta por la que remontamos con algún tramo de trepada. Algo mas a la derecha vemos una línea de hitos que señala la vía normal por donde se va casi sin apoyar las manos. La canal nos lleva hasta la cresta, que seguimos con grandes vistas sobre el lago de Cregüeña.

A las 14.06 m alcanzamos la cumbre de la Aguja Juncadella (3019 m). Es nuestro segundo tresmil del día y, teniendo en cuenta la hora, que es domingo y que nos espera el viaje de vuelta a casa, el último de la excursión. La situación de la Aguja Argarot (al otro lado del valle) y que su ascenso comporte remontar mas de 400 metros de desnivel (de los cuales mas de la mitad son por una cresta con una dificultad que las guías acotan como F+), la convierten en un objetivo ilógico y poco adecuado para hoy. Lamentando nuestra pereza al levantarnos, no tenemos mas remedio que dejarlo para otro día, que muy posiblemente será del año próximo. Una pena…

Convencidos de que por hoy no habrán mas cimas, y teniendo en cuenta que de aquí al coche tenemos unas 2.5 horas de bajada, nos relajamos y dedicamos al espanzurre, el descanso y la contemplación. Las vistas de la Aguja Juncadella son parecidas a las del Aragüells, que desde aquí presenta un aspecto impresionante. Recorremos unos metros por la cresta de Cregüeña, hasta que esta forma una procesión de puntas recortadas que parecen a punto de caer. También observamos en detalle la cara norte del pico Maldito, con su corredor oblicuo, y la pared sur del pico Abadías (Maladeta), en la que no vemos ningún escalador.

Tras permanecer casi veinticinco minutos en la cima, y con toda la pena del mundo por lo bien que se esta aquí, iniciamos el descenso (14,30 h). Lo hacemos directamente por la cara SE. A pesar de su verticalidad, presenta una vía de bajada fácil y señalizada por hitos, que sigue una canal poco definida. Por debajo de la misma el terreno se tumba. Entramos en una  pedrera de bloques. La atravesamos hasta encontrar un cordal con algunas calvas de hierba por el que vamos mas rápidos. Sin mas novedad que las rodillas y las piernas algo machacadas de tanto hacer el saltimbanqui saltando de piedra en piedra, llegamos al lugar donde hace unas horas nos detuvimos a coger agua (15.09 h). Una breve parada para rellenar las cantimploras y relajar las piernas. Seguimos adelante.

La bajada por el cordal rocoso es una tortura mental. Tenemos delante la canal que sube a la brecha inferior de Llosas y la cresta de Aguja Argarot, que iluminadas por el sol de tarde se muestran en todos sus detalles. La canal parece durísima. La cresta poco clara. Pero verlas ahí delante, con un cielo sin una nube, y sin poder meterles mano… Mi cabeza se debate entre la lógica y la ilógica. La primera dice que es tarde para hacer algo así, que hemos de seguir bajando hacia el coche para llegar sobre las 17.30 h, y emprender el viaje de retorno a Begues, donde si no hay lío en la carretera podríamos estar pasadas las 22.00 h. La segunda nos empuja a aprovechar la oportunidad e intentar la ascensión, olvidándonos de la hora, el cansancio, el viaje de vuelta y de que mañana hay que ir a trabajar… La tentación es grande. Las dos opciones se igualan conforme nos acercamos al Ibón Inferior, donde se habrá de tomar una decisión…

A las 15.30 h llegamos al desaguadero del lago. Subimos unos metros hasta unas rocas desde donde se ve la canal de la Brecha. La situación me recuerda la que vivimos hace dos semanas bajando del collado inferior de Literola. Entonces era sábado e íbamos con Jordi y Cristina. Un “ataque de testoesterona” nos hizo iniciar el ascenso de la Punta de Literola y la cresta norte del Perdiguero a las 14.30 h  cuando ya íbamos de bajada . Hoy estamos solos, es domingo, una hora mas tarde, la subida tiene mas desnivel y, sobre todo, es algo mas difícil y comprometida. ¿Qué hacer? Tras hablarlo brevemente decidimos subir un poco por la canal y ver que tal. Si se ve bien seguimos. Si no nos damos la vuelta. Una vez mas el deseo y la ilusión se imponen a la razón. Simple cuestión de ilógica…

Desde el momento en que decidimos tirar adelante es como si reiniciáramos la excursión. Presos de una gran excitación, sacamos fuerzas de donde casi no habían (llevábamos en las piernas cerca de 1200 metros de desnivel) y subimos a fuerte ritmo. Remontamos la pedrera de la base de la canal y atacamos la zona mas estrecha de la misma (rastro de senda). El terreno es muy empinado. Rápidamente ganamos metros de desnivel. Mas arriba la canal se ensancha y hace menos obligada. La escotadura de la brecha inferior de Llosas se hace visible. Apretamos el paso aún mas. Cuando creemos encontrarnos a unos cincuenta metros de  la misma ponemos atención a la orilla izquierda. Según la guía de Atela hay una canal que permite acceder a la cresta SO de la Aguja Argarot, esquivando el tramo escarpado situado en las inmediaciones de la brecha. Pero por mas que miramos no vemos nada que coincida con lo que hemos leído. Así que seguimos subiendo cada vez mas mosqueados.

Muy cerca de la brecha, vemos a la izquierda una estrecha canal rocosa que sube oblicua. Como es la última y no tiene mala pinta decidimos probar. Tras remontar una zona de losas miro hacia arriba y veo un sarrio que nos observa con atención. No se por que, nos da buena espina. Subimos un poco mas y ¡premio!, encontramos un hito. Parece ser que hemos dado con la vía de ascenso a la cresta. Ganamos unos pocos metros hasta una pequeña terraza situada en medio de la canal. Son las 16.09 h y el altímetro del GPS marca 2842 m. Nos separan de la cima algo menos de doscientos metros de desnivel, casi todos por cresta y con bastante trepada que dicen que es fácil. Yendo rápidos, y sin complicaciones, podemos tardar entre 1 y 1.5 horas en ir y volver a la cima. No hay tiempo que perder. Toca ser prácticos y jugar a una carta. Así que dejamos las mochilas y con ellas la cuerda, los arneses y los trastos de escalada que hemos paseado todo el día. Subiremos sin nada. Si la cosa se complica nos daremos la vuelta. Se trata se ir rápido pero sin arriesgar…

Tras una breve parada iniciamos el ataque a la cima (16.12 h). Sin el lastre de la mochila vamos mas ligeros. Remontamos la canal, doblamos un contrafuerte rocoso y superamos  una zona de placas, terrazas y fisuras que nos lleva hasta la cresta. Hace rato que no vemos ningún hito. Como que la vertiente es amplia y perdedora, colocamos un par de ellos para guiarnos a la bajada. Hasta ahora la trepada es tan fácil como divertida, pero pide atención. Continuamos caminado en ligera subida. Pronto la cresta se hace horizontal estrecha y recortada. Podríamos pasar por unos relieves situados a la izquierda (O). Pero como que nos sentimos inspirados decidimos seguir por arriba, haciendo algunos pasos fáciles y un tanto acrobáticos.

El tramo horizontal es bastante corto y finaliza en una brecha (16.25 h, 2900 m). Desde la misma se domina la parte final de la vertiente occidental de la montaña. Es una ladera muy inclinada, formada por un collage de zócalos rocosos conectados por repisas y canales de roca, piedra suelta y algo de hierba. Su borde derecho forma una arista rocosa cuya primera parte se desploma vertical sobre la brecha donde estamos. La vía de subida no esta clara. A toda cresta nos parece demasiado difícil. Lo mejor es un flanqueo ascendente a la izquierda en busca de parte superior de la arista, que desde aquí no parece complicada. El reloj avanza imparable. No acabamos de situar la cima, que aún se encuentra 135 metros mas arriba. La cumbre está mucho mas lejos de lo que pensábamos y nos asaltan las dudas. Por un momento la lógica de nuestra ilógica se tambalea y nos planteamos  darnos la vuelta. Pero logramos superar el bache anímico y seguimos adelante…

Dice un refrán catalán “qui esta de pega amb els collons ensopega”. Sin darnos cuenta nos vamos demasiado a la izquierda y nos metemos en una zona de placas y diedros verticales. Esto no salía en el guión. Salimos del atolladero con una trepada bastante vertical (II-). La embarcada nos hace perder un tiempo precioso. Cuando por fin alcanzamos la cresta, vemos que es ancha y cómoda... Seguimos por la arista que ya no abandonaremos. Conforme avanzamos se tumba y hace mas aérea, espectacular y divertida. Las pequeñas dificultades se pasan sin problemas. La moral aumenta. Nos sentimos seguros. Finalmente, salvamos una pequeña brecha con un descenso curioso. Después trepamos a lo alto de un bloque donde hay un pequeño hito. Son las 16.50 h. Nos encontramos en la cima sur de la Aguja Argarot (16.53 h, 3030 m).

Alegría, satisfacción, nos sentimos felices… El lugar es minúsculo y tengo algún problema para poder fotografiar a Encarna que no para de sonreír. A nuestro alrededor el paisaje es grandioso. Primero nos fijamos en el Aragüells y la Aguja Juncadella, los otros dos tresmiles del día. Parece mentira que hace tres horas estuviéramos allí, al otro lado del circo de Coronas. Después pasamos la mirada por la cresta de Cregüeña y el Pico Maldito. En la dirección opuesta tenemos el lago de Llosas, la brecha y el pico de Tempestades, el Rusell, el Ballibierna… Pero la visión mas cautivadora es la de la arista sur del Aneto y las otras dos agujas de la cresta de Llosas (Tchihatcheff y Franqueville). Se ven tan imponentes como complicadas (forman parte del grupo de los tresmiles mas difíciles del Pirineo). Pero hay algo mas…

Intencionadamente nos habíamos olvidado de la punta norte de la Aguja Argarot. Desde aquí parece que su altura es similar a la de la cima sur donde nos encontramos. Pero dicen que es cinco metros mas alta, por lo que constituye la cima principal. Una arista estrecha y recortada, con una brecha bastante marcada, separa las dos puntas. Es tarde y este tramo parece complicado. Después de llegar hasta aquí no alcanzar la punta norte sería ilógico y la ascensión nos sabría a inacabada. Me miro y remiro la cresta sin saber que hacer. Finalmente le digo a Encarna (a la que continuar no le hace ninguna gracia) que me espere que voy a ver que tal.

Con cuidado realizo un destrepe mas fácil de lo que parece y alcanzo el fondo de la brecha. Entonces viene el paso mas difícil. Consiste en superar una pared de unos cuatro metros de alto, por un fisura aérea y muy vertical (II+). Siguen unos metros de adherencia por bloques de granito cubierto de liquen. Y alcanzo la punta norte (17.05 h, 3035 m). Ahora si que podemos decir que el trabajo está acabado. Encarna me saluda desde la otra punta. Me sabe mal que no haya venido y me auto-recrimino por ello. Tanto es así que me planteo la posibilidad de ir a buscarla y volver a hacer la cumbre con ella. Pero no hay tiempo. Acabo de crear un buen motivo para volver y hacer la travesía norte-sur de esta preciosa montaña. Sus otras dos vecinas de momento no entran en nuestros planes…

No hay tiempo que perder. Rápidamente hago unas cuantas fotografías y, tras echar una mirada a mi alrededor, deshago el camino de ida y me reúno con Encarna (17.13 h). Después iniciamos el descenso. Siempre que nos es posible vamos por la cresta, que resulta ser bastante mas fácil y rápida que el itinerario de subida. A las 17.45 h llegamos al lugar donde dejamos las mochilas. Sin detenernos nos cargamos los macutos y descendemos hasta la canal. Un breve ascenso nos lleva hasta la brecha inferior de Llosas (17.53 h, 2853 m). A nuestra derecha (S) el Pitón de Llosas se muestra como una cumbre inexpugnable. Nos quedan poco mas de una hora y media de luz y tenemos por delante un largo descenso de 900 metros de desnivel. La primera parte del mismo es la única que no conocemos. Consiste en bajar hasta el lago de Llosas por la canal del mismo nombre, la cual está ocupada por una enorme y machacante pedrera. Son 350 metros de desnivel por un terreno incómodo y machacante, que a estas alturas de la excursión pueden ser un pequeño suplicio…

La parte superior de la canal es muy pendiente, con piedras medianas e inestables. Un rastro de paso nos ayuda a bajar, pero es muy incómodo. Tras perder un centenar de metros de desnivel la inclinación disminuye y empieza el caos de grandes bloques que ocupa buena parte del resto de la canal. A pesar de ir rápidos, la bajada por el mismo se nos hace eterna. Los tres tresmiles y los 1600 metros de desnivel que llevamos encima empiezan a hacer mella. A Encarna le duele una rodilla. Yo tengo los pies llagados. Pero ahora no podemos detenernos. La nuestra es una carrera contra el sol, en la que el premio consiste en llegar con luz al camino que va del Puente de Coronas al lago de Llosas. Una vez ahí será muy fácil bajar hasta el Puente de Coronas iluminándonos con las linternas.

La bajada de la canal de Llosas se prolonga durante 1 h 10 min. En la parte baja de la misma decidimos no ir hasta el lago y flanqueamos a la derecha hasta pasar una cresta. Después descendemos “to tieso” por una empinadísima e inacabable ladera herbosa. Nos lleva hasta el camino, una cincuentena de metros mas abajo del Ibon de Llosas (18.54 h, 2454 m). Queda media hora de luz, pero estamos tan jodidos que nos importa bien poco que se haga de noche. Así que nos detenemos para descansar y comer alguna cosa... Un cuarto de hora mas tarde reanudamos el descenso. Parar y alimentarnos nos ha ido bien. Volvemos a sentirnos razonablemente fuertes. Bajamos por la senda a toda leche. A nuestras espaldas el Aneto y sus vecinos se tiñen de naranja. El sol de extingue. Llegamos al Puente de Corona casi en total oscuridad (20.00 h). Finalmente no hemos tenido que utilizar las linternas…

Diez minutos mas tarde partimos con el coche hacia Castejón de Sos donde cenamos en el frankfurt. Después reanudamos el viaje de vuelta a casa. Llegamos poco antes de la una de la madrugada, cansados y muertos de sueño. Y en unas pocas horas toca ir a trabajar, algo que no nos gusta pero no hay mas remedio que hacer. Otra cuestión de ilógica de la que lógicamente nadie se libra… 

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")



EniEn - Octubre 2008  

miércoles, 13 de marzo de 2013

CABAÑA DE FENERUÍ

UNA SALIDA "TRANQUILA"...

El valle de Feneruí es un lugar poco conocido. Situado al este de la presa de Senet (o de Baserca) se accede por un camino que, desde la mitad del embalse y prácticamente con un par de grandes lazadas, supera una empinada ladera boscosa de 500 metros de altura. La subida finaliza en un collado situado en la entrada del valle, donde, a pocos metros, se encuentra la pequeña cabaña de Feneruí.

El pasado fin de semana fuimos a Laspaúles con la intención de pasar un fin de semana de relax. Pero la cabra tira al monte… Así que pensamos que podríamos hacer una salida tranquila. Se nos ocurrió ir a la cabaña de Feneruí, que no conocíamos. Encontramos mas nieve de lo esperado. La senda, que en verano debe ser bastante cómoda y marcada, se perdía bajo un manto blanco, grueso y blando. La excursión se convirtió en toda una ascensión. El mapa y el altímetro fueron imprescindibles y tuvimos que esmerarnos en el uso de las raquetas. Tardamos y nos cansamos mucho mas de lo previsto. El tiempo se estropeó y disfrutamos de pocas vistas.

La salida tranquila no lo fue tanto. Pero estuvo muy bien…





















Tipo Actividad
Senderismo invernal (raquetas)
Fecha
Sábado 9 de Marzo 2013
Asistentes
Encarna, Enric, Pot
Zona
Alta Ribagorça. Inmediaciones de la boca sur del túnel de Viella.
Inicio ruta
N-230, Km 147.3, zona de aparcamiento de l’Hospitalet de Senet, a la derecha de la crtra, junto a un puente y unos metros por encima del refugio de l’Hospitalet, al N del embalse de Senet (o Baserca)
Final ruta
Recorrido
Aparcamiento de l’Hospitalet- Seguir al S por la pista de la orilla E del embalse de Senet-Camino de Fenerui- Collado- Pletiu de Baix de Feneruí-Cabaña de Fenerui- Retorno por el mismo itinerario
Noche
No
Horario
Total
6 h 5 min
Efectivo
5 h aprox
Cota (m)
Mínima
1451
Máxima
1927 (Cabaña de Fenerui)
Climatología
Variable. Primero sol. Después nubes y agua-nieve. Sin viento y temp.agradable para la época
Nieve-hielo
Desnivel Acum (m)
Ascenso
510
Descenso
510
Distancia (Km)
9.3
Dific.Física
Media-Alta. El desnivel no es importante, pero el ascenso con raquetas en diagonal por una fuerte ladera boscosa con nieve profunda es físicamente exigente
Dific.Orientación
Media. Con nieve el trazado del camino (no hay nada que lo indique) se ha de buscar e intuir
Dific.Psicológica
Media. En algunos lugares el flanqueo de la ladera nevada es un poco vertiginoso
Dific.Técnica
Media. El terreno requiere saber utilizar las raquetas tanto de subida como de bajada
Material
El propio de una excursión invernal con nieve. Raquetas.
Cartografía
“Vall de Boí”, E:25, 1:25000, Ed.Alpina (2011)
“Vall de Barravés.Ribagorça.Mapa excursionista”, 1:25000, Ed.Alpina
Importante : En estos dos mapas el trazado del camino es correcto, en otros NO!!!
Bibliografía
Valoración
Bonito e interesante recorrido invernal con raquetas de nivel medio por un terreno (ladera boscosa y empinada) poco propicio para las mismas pero que, con una mínima práctica,se hace sin problemas.
Comentarios
Es importante seguir el trazado del camino (que con nieve no se ve y no es muy evidente). Creemos que es importante llevar y consultar el plano y el altímetro. También se puede seguir el track, pero es menos emocionante…
A partir de la cabaña de Fenerui el valle de abre y es de mejor hacer. La ascensión al collado y al pico de Fenerui (atención a los aludes), y bajar por el otro lado al balneario de Caldes de Boí (ídem) es una gran opción. En verano esta travesía debe ser una excursión muy bonita y sin grandes complicaciones. 
Con perros…
Sin problemas si el perro disfruta y se me desenvuelve bien en la nieve. Si no mejor dejarlo en casa.
Track (en formato gpx):

El desnivel y la distancia se obtienen a partir del track con Garmin BaseCamp
La estimación de la dificultad se realiza considerando la actividad como excursión/ascensión y no como escalada.
Si la actividad comporta escalda u otra disciplina técnica, se indica específicamente



Sábado 9 de Marzo. Hemos venido a Laspaúles con la intención de pasar un fin de semana tranquilo. La lesión de mi gemelo (un pequeño desgarro muscular que pide reposo), riesgo de aludes de 3 sobre 5 por encima de los 2000 metros y la meteo, que anuncia precipitaciones a partir del mediodía, así lo aconsejan. Pero somos culo de mal asiento y nos cuesta estar sin hacer nada. Así que optamos por una salida tranquila. Iremos al valle de Barravés (Alta Ribagorça) con la intención de recorrer el camino del valle de Feneruí, que no conocemos. La intención es llegar hasta la cabaña de Feneruí, en la entrada del mismo. Son 500 metros de desnivel por buena senda que, aunque pensamos que estará algo nevada (transcurre por debajo de los 2000 m) no debe presentar grandes problemas yendo con raquetas. Como nos equivocamos…

El recorrido empieza en el Km 147.3 de la N-230, aprox 1.5 Km antes de la boca sur del túnel de Viella. Tras dejar atrás el embalse de Senet (o de Baserca) y el puente sobre el río de Salenques, encontramos a la derecha una zona de aparcamiento situada a pocos metros del refugio de l’Hospitalet. Ahí dejamos el coche. La temperatura es agradable y en el cielo azul aparecen algunas nubes cuyo aspecto, de momento, es inofensivo. En las laderas occidentales del valle del río Noguera Ribagorzana, la nieve empieza a unos 1800 m de altura. En la vertiente opuesta (E, por donde transcurre nuestro recorrido) el blanco llega hasta el fondo del valle. Tras unos breves preparativos iniciamos la marcha (10.15 h, 1476 m).

Cruzamos el río por un puente que hay a pocos metros (barrera). Al otro lado, seguimos a la derecha (S) por la pista que va por la orilla oriental del embalse de Senet, que en previsión del deshielo esta medio vacío. Enseguida pisamos nieve blanda y pesada, pero discontinua, que hace que al principio vayamos a pie. Hartos de hundirnos, nos calzamos y descalzamos las raquetas para ir superando los tramos con y sin nieve. Tras recorrer 1.5 Km a un ritmo mucho mas lento de lo esperado, vemos a la derecha una cabaña. Poco después encontramos un indicador que señala el inicio del camino del valle de Feneruí (11.00 h, 1462 m).

Los primeros metros de la senda son claros, con nieve discontinua y profunda. Los hacemos a pie. Después el manto nival nos parece suficiente para ir con las raquetas. El camino sube mas o menos suave en diagonal (SE) por la parte inferior de una ladera boscosa. No vemos nada que indique la ruta, pero de momento se sigue bastante bien. Cruzamos el cauce del torrente de la Baserca, desestimando una pasarela un tanto acrobática (11.23 h, 1526 m). Después la senda empieza a subir mas acusadamente con alguna lazada. A medida que avanzamos el recorrido se hace menos evidente. Hemos de recurrir al mapa (muy bien trazado) y el altímetro, para seguir la ruta. Tras un par de diagonales un tanto forzadas, llegamos a una roca donde el camino gira a la izquierda (11.55 h. 1650 m). A partir de aquí el itinerario se complica…

Lo que suponemos el camino hace un larga diagonal ascendente, atravesando en dirección este una empinada ladera boscosa bastante cargada de nieve. El avance, muy lento, laborioso y pesado, requiere trabajar bien las raquetas procurando no desplazar el manto profundo e inestable. Nos turnamos abriendo huella. Pot, que se hunde hasta la barriga, aprende que es mejor seguir la traza y rara vez va por delante (como normalmente hace). A nuestra izquierda, las líneas huidizas de la pendiente se pierden hacia abajo. La nieve que cae de los árboles nos empapa la ropa, pero el esfuerzo hace que no tengamos sensación de frío o humedad. La excursión nos sorprende al ser mucho mas técnica, lenta y cansada de lo que esperábamos. El entorno es sobrio, solitario, algo amedrentador. Nos gusta. Pero nos exige tirar de moral y paciencia. De eso tenemos buenas reservas…

La diagonal finaliza a pocos metros del torrente de la Baserca (13.01 h, 1830 m). Subimos recto, por una zona donde, a pesar de las raquetas, cada dos por tres nos hundimos hasta la rodilla. Después giramos a la derecha y ascendemos en diagonal (SO) por un terreno mas franco. Tenemos la sensación de que no seguimos el trazado del camino (va algo mas abajo), pero vamos bien y continuamos adelante. Pasamos cercas de la base de una vertiente rocosa, cruzando algún nevero que inspira poca confianza. De cuando en cuando, un claro del bosque nos permite divisar el embalse de Senet bastante abajo. Finalmente divisamos, bastante cerca y prácticamente a nuestra altura, un collado libre de vegetación. Lo alcanzamos con un flanqueo seguido de un breve descenso. Son las 13.37 h y el altímetro marca 1920 m. El cielo se ha cubierto de nubes y la niebla oculta las partes altas de la montaña. Empieza a caer algún copo de nieve. Una vez mas la meteo ha acertado…

Según el mapa, la cabaña de Feneruí debe estar a la izquierda. Seguimos en esa dirección por una zona llana (Pletiu de Baix de Feneruí) en dirección al valle de Feneruí, del que vemos la parte inferior (mucho mas suave y tranquila, y también mas cargada de nieve, que lo que hemos hecho). Enseguida divisamos la pequeña cabaña, a unas decenas de metros. Poco después llegamos a la misma (13.41 m, 1928 m). Por hoy se acabó el subir…

El tiempo se complica por momentos. Aparece un viento racheado. Notamos frío y humedad. Pot se tumba en la nieve. ¿Será posible que esté cansado…? Abrimos la puerta de la cabaña. Su interior es frío, oscuro, con nieve y barro. No hay mobiliario. Sólo una chimenea, algo de leña y algun trasto inservible. También un libro de registro cuya última anotación es del 6 de Octubre pasado. En invierno poca gente viene por aquí…

Desestimamos el interior de la cabaña y nos sentamos en el umbral de la puerta algo protegidos del viento. Comemos sin prisas, pensando que, si se lía una borrasca, nos cogerá con mas ánimos si la barriga esta llena y las piernas relajadas. El entorno es solitario, inhóspita, invernal… Pero muy bonito. Unos metros mas allá de la casa, un indicador que señala al valle dice que hay 2 horas hasta el collado de Feneruí. Ya iremos otro día…

Tras media hora de parada recogemos las bártulos e iniciamos el descenso (14.12 h). Volvemos por nuestras huellas de subida. Vamos algo mas rápidos, pero con cuidado, procurando no tropezar con las raquetas. Y así y todo nos damos algún que otro morrón sin mas consecuencias que provocar las risas del que no se ha caído. A las 15.34 h llegamos a la pista. Hasta el momento el tiempo nos ha respetado. Empieza a caer agua-nieve. Pero nos es igual…

El último tramo de la excursión, poniendo y sacando raquetas, se nos hace pesado. Cuando alcanzamos el coche respiramos aliviados (16.20 h). En total han sido 6 horas ¡Joder con la salida “tranquila”! Nos ha dejado baldados. La parte buena es que mi lesión no se ha resentido en absoluto. Tras secarnos mínimamente nos montamos el coche. Pot se queda dormido… Volvemos a Laspaúles pensando en comer, darnos una buena ducha y pasar lo que queda del fin de semana lo mas tranquilamente posible. Como habíamos planeado…

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")

EniEn - Març 2013