Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

miércoles, 25 de enero de 2012

JUGANDO A LOS DADOS

INTENTO AL POSETS (2006.09.23 y 24)

El Posets es uno de los tresmiles que hemos hecho mas veces y por mas sitios. Y sigue interesándonos... El pasado fin de semana tenía previsto ascenderlo por la vía normal con los amigos del CEM. Pero uno va teniendo una edad y algunas cosas empiezan a venirle grandes... El tener que subir la madrugada del domingo al refugio Angel Orús, solo (esta vez Encarna no podía venir), de noche y medio dormido, para encontrarme con el resto del grupo a la hora del desayuno, y los 2000 metros de desnivel de subida y otros tantos de bajada, que representa hacer la ascensión en el día, todo ello en pleno invierno (aunque no hay mucha nieve), acabarón por minarme la moral. A última hora del sábado, con la mochila ya lista y las botas engrasadas, vi que esta aventura era demasiado arroz para tan poco pollo. Dejé el Posets para otra ocasión y me concentré en otros objetivos mas asequibles...

La decisión me dejó un regusto amargo que intenté paliar ojeando los escritos de algunas de las aventuras que hemos pasado en esta preciosa montaña. Y encontré este que ahora os presento... Trata de un intento que hicimos en otoño del 2006, en unas condiciones que dejaban mucho que desear. El relato es un compendio de lo que nunca se tendría que hacer, pero a menudo se hace. Volverlo a leer 5 años después de escribirlo, me ha parecido didáctico e interesante. Y también distraido... Espero que os guste...

Nota : Como que la ruta normal del Posets es archiconocida y está hiper descrita en la bibliografía, esta vez no  hay ficha de la misma. Las pocas fotografías que adjuntamos son de EniEn, Xavier Romero y Jordi Castells



No me gustan los juegos de azar. Nunca compro lotería. No hago quinielas o primitivas. Intento no tener que depender de la suerte… Pero he de reconocer que la excursión al Posets del pasado fin de semana fue una apuesta continua, como una sucesión de partidas de dados. El domingo no era día para ir al monte, y menos a un pico como el Posets. Las circunstancias hicieron que, sin tener intención de hacer cima, fuéramos subiendo hacia la misma. Íbamos bien equipados. En todo momento tuvimos la situación bajo control. Pero cuando,a cuarenta metros de la cumbre, no lo vimos claro no dudamos en darnos la vuelta...

El proyecto del Posets se gestó a principios del verano del 2006 con la idea de hacer la excursión a finales de Septiembre. Yo quería hacer la travesía de la montaña, subiendo desde el refugio de Estos y bajando por el valle de Eriste (un itinerario que ya conocía). Pero su dureza y el tener que hacer un vivac a 2800-3000 metros de altura, no acabaron de convencer a los amigos. Así que lo simplificamos. Subiríamos y bajaríamos desde el Angel Orus por la vía Real, que desde que se abrió este mega refugio se ha convertido en la mas sencilla y concurrida. En las fechas previstas, la montaña acostumbra a estar libre de nieve y su ascensión no presenta ningún problema. Pero siempre hay excepciones que confirman la regla…

Para el fin de semana del 23 y 24 de Septiembre la meteo daba un tiempo nefasto. Lluvias torrenciales y nevadas significativas por encima de los 2700 m. También decían que el domingo mejoraría. Con este panorama lo mas lógico era quedarse en casa e ir al cine. Pero la gente tenía ganas de Posets y no se anuló la salida. El jueves y viernes empezaron las bajas por distintos motivos. El grupo inicial de dieciséis paso a ser de diez.  Ocho saldrían de Barcelona el sábado por la mañana para llegar al refugio sobre las 18.00 h. Encarna y yo partiríamos de Begues a primera hora de la tarde, haríamos parte de la aproximación de noche y llegaríamos entre las 20.30 y 21.00 h.

Sábado 23 de Septiembre 2006, 15.30 h. Partimos de Begues bajo un intenso aguacero y con un mar de dudas en la cabeza. “No se por que vamos”, nos decimos el uno al otro. Tras una serie de reflexiones llegamos a la conclusión de que no es por el Posets (que estamos convencidos que no podremos subir), sino por encontrarnos con los amigos en un refugio de montaña y pasar con ellos un fin de semana distraído y divertido. A las 19.00 h bien tocadas, y con un cielo mas negro que el tobillo de un apache, llegamos al aparcamiento de la Pleta del Estallo (1515 m), al final de la pista que sube al valle de Eriste. Empieza a llover y nos enfundamos el equipo para la lluvia. A las 19.20 h empezamos a caminar.

La subida al refugio es una pasada. Hemos hecho este camino un montón de veces. Pero nunca de noche, con niebla y bajo una lluvia torrencial. Durante la primera media hora aún tenemos algo de luz. Alucinamos con el aspecto salvaje y amedrentador de la cascada de la Espigantosa y del río Eriste. El caudal se ha multiplicado y el agua baja por todas partes con una fuerza inusitada y un ruido ensordecedor. Nunca habíamos visto el valle así. Nos marcamos un ritmo de marcha cómodo pero ligero, que continuamente hemos de romper al tener que sortear las muchas torrenteras que cruzan o bajan por el camino. Llueve de forma intermitente y con fuerza variable. A veces graniza. La niebla se cierra y la visibilidad se reduce a unos pocos metros. Pasada la palanca de Presentet (1745 m , 19.47 h) nos atrapa la oscuridad. Seguimos bajo la luz tenue y pecaminosa de unos frontales de mierda. Por suerte las prendas antilluvia funcionan mucho mejor y nos preservan perfectamente del aguacero. Esto y la tranquilidad de conocer la senda nos hace ir tranquilos  y hasta disfrutando de la experiencia...
Las aguas embravecidas del río Eriste durante la subida al refugio
A las 20.17 h llegamos a la Pleta des Riberes (1850 m). Empieza la parte mas dura. El camino, convertido en torrentera, se eleva por una pendiente herbosa. Después cruza dos veces un respetable cauce de agua y entra en una empinada ladera boscosa que remonta en lazadas. Subimos rápidamente, sin parar. La oscuridad, la lluvia y la niebla, unidas a los mini focos de las linternas, hacen que vayamos poco mas que a ciegas. Dejamos atrás el bosque. Flanqueamos a la derecha y alcanzamos la zona horizontal que precede la última y corta ladera que lleva al refugio. Casi nos tropezamos con el cartel que lo anuncia. Sólo cuando nos encontramos a escasos metros del edifico vemos la luz de las ventanas. A las 20.55 h llegamos al porche de la casa (2100 m). Una potente luz nos ilumina y nos pregunta si somos nosotros. Tras responder afirmativamente varios brazos nos abrazan . Son nuestros amigos, que intranquilos por lo que esta cayendo, hace rato que nos esperan.

No hay mucha gente. Tirando largo unas cincuenta personas (el refugio tiene 98 plazas). Nos han guardado la cena. Con algún problema conseguimos que los guardas (entre cuyas virtudes no esta la amabilidad) nos calienten la comida. Mientras cenamos comentamos las incidencias de nuestra subida, y como no, hablamos de lo que podemos hacer mañana. Todos coincidimos en que si el tiempo sigue igual, del Posets na de na. Como mucho dar un paseo por los alrededores. Nos sorprendemos al enterarnos de que han pedido el desayuno a las 6.00 h. Esperemos que se cumpla el refrán de que “a quien madruga Dios le ayuda” y sirva de algo. A las 22.00 h nos vamos a dormir. Tenemos una habitación (la Escorbets) con dos baños para nosotros solos. Fuera la niebla y la lluvia persisten sin dar signos de flaqueza.

Domingo 24 de Septiembre. Me despierto unos minutos antes de las 6.00 h. Alguien que ha salido al exterior informa sobre el tiempo. Niebla espesa pero no llueve,,. A las 6.30 h desayunamos solos en el comedor. Mientras nos cruspimos la leche con unas tostadas, galletas y unas magdalenas “mas duras que los pies de Cristo” decidimos lo que a hacer. Nos gustaría volver a la cama pero no nos parece correcto.  Finalmente optamos por coger el equipo de ataque (piolet,crampones,ropa de abrigo,etc) y seguir el camino del Posets, no con la intención de ascender a la montaña (algo que vemos descabellado), sino de hacer algo de ejercicio. Tal como están las cosas nos contentamos con ver un poquito de paisaje. Respecto del itinerario, con algo de suerte, y si el torrente de Llardaneta se deja cruzar, intentaremos llegar hasta el lago del mismo nombre. A las 7.10 h empezamos a caminar. Empieza la partida…

Cuando dejamos el refugio hay bastante oscuridad. Hemos de utilizar los frontales. La niebla es espesa y no vemos mas allá de diez metros. El termómetro que llevo en la mochila marca 5ºC, pero noto menos el frío que la humedad del ambiente. El camino es claro, pero hemos de ir atentos para no perderlo. En estas condiciones todos los gatos son pardos y a la que te descuidas te metes en un embolado de mil demonios.

La senda traza una diagonal ascendente (NO) por una ladera empinada cubierta de hierba, losas y bloques de granito. Tras doblar un par de grandes contrafuertes que bajan de la cresta del Forcau, llegamos a una pequeña canal que sube a la izquierda (O). La seguimos hasta encontrar otra llena de bloques rocosos que nos lleva a un paso donde hay un poste señalizador.  Aquí se dividen los caminos del Posets-Collado de Eriste (por donde se baja al valle de Biadós) y del Valle de Los Ibones-Collado de la Piana (por donde se baja a los valles de Batiselles y Estos). Son las 8.05 h, estamos a 2370 m de altura, hace frío (0ºC) y empieza a granizar con intensidad.
No hay muchas vistas...
Las capas y los equipos antilluvia hacen acto de presencia. Las dudas también. Cuatro del grupo no lo ven claro y deciden volver al refugio. El resto dudamos. Tiramos los dados... Mientras tanto llega un grupo numeroso (19 personas). Al vernos parados también se detienen. Para de granizar. Esto hace que se replantee ligeramente la situación. Tras un cuarto de hora de parada (8.18 h) proseguimos la ascensión convencidos de que pronto seguiremos los pasos de nuestros amigos. Así se salda la primera jugada del día…

Nuestra camino gira a la izquierda y se dirige al oeste, por la vertiente izquierda (O) del valle de Llardaneta. La niebla y las zonas llenas de agua son las protagonistas de este tramo. La subida es poco pronunciada y avanzamos bastante rápidos. En veinte minutos llegamos al punto donde la senda cruza el torrente (2470 m, 8.38 h). Baja menos crecido de lo esperado y lo cruzamos sin problemas. Es pronto y todo sigue igual. Volvemos a tirar los dados. Sale que continuemos subiendo. Así lo hacemos. Nuestra intención es llegar al cruce donde se dividen las rutas del Posets y del Collado de Eriste. Una vez allí ya veremos…
Cruzando el torrente de Llardaneta
El camino continua igual de claro pero mas pendiente. De cuando en cuando graniza brevemente. Como que la cosa no va a mas llegamos a  acostumbrarnos a esta incidencia y no le damos demasiada importancia. A las 8.50 h llegamos al cruce de rutas (2570 m). Es hora de decidir que hacer. Curiosamente nadie piensa en volver para atrás. La duda es si seguir el GR y dirigirnos al lago de Llardaneta (a media hora de camino) o continuar por el ramal de la derecha que se dirige al Posets. Nada ha cambiado. El tiempo sigue igual de mal y el riesgo de que se complique es mas que evidente. Pero el camino es bueno y siempre podremos darnos la vuelta… Así que volvemos a tirar los dados... Sale seguir por la senda del Posets hasta la entrada de la Canal Fonda…
Llegando a la entrada de la Canal Fonda
El camino se pone mas tieso. Bajamos el ritmo para no sacar los higadillos por la boca. Nadie da muestras de cansancio y, teniendo en cuenta las circunstancias, la moral es muy buena. Sin decirlo mas de uno baraja la posibilidad de poder hacer cima. Los tres que ya hemos subido al Posets somos los que nos mostramos mas escépticos, sobre todo yo, que tengo muy claro que tal como está el tiempo sería tan absurdo como imprudente. Pero de momento vamos haciendo, que es gratis y no nos expone a nada…

Tras un tramo inicial en fuerte cuesta, el camino gira a la izquierda (O) y atraviesa una ladera herbosa. Después dobla un lomo que baja de la Tuca Baixa y,en suave ascenso, se dirige (NO) a la entrada de la Canal Fonda. Cesa la precipitación. La niebla sube unas decenas de metros y nos permite ver algo de paisaje. De nieve nada de nada. Esto refuerza nuestra moral y convicción de seguir adelante, con el condicionante de darnos la vuelta si empeoran las condiciones.

El torrente de la Canal Fonda baja crecido pero es fácil de cruzar. En la otra orilla seguimos la senda y los hitos. Poco a poco, sin prisas pero sin detenernos, vamos subiendo la pendiente pedregosa. La niebla vuelve a bajar. Reaparecen las granizadas. El entorno áspero y mineral, las paredes que se alzan a ambos lados, la humedad y el silencio solo roto por el sonido del agua que se descuelga por el torrente, confieren a este lugar un aspecto lúgubre y tenebroso. Mi imaginación se dispara. Me siento como un personaje de Tolkien que, comprometido en una misión imposible, se adentra en el reino del Mal…
En la Canal Fonda, antes de la última subida
Una senda bien marcada en la pedrera permite remontarla con comodidad. Sólo en algunos puntos, en los que la ladera terrosa obliga a subir como buenamente se puede, hemos de emplearnos con mas energía. Volvemos a cruzar el torrente para salvar por la derecha del mismo (E) un estrechamiento de la canal. Después el terreno se allana. Antes de entrar en la cubeta situada al pie de la última subida, volvemos a cambiar de orilla. El curso de agua desaparece. Hasta donde podemos ver, que no es mucho, solo hay piedras y mas piedras. Ni rastro de nieve. Son las 9.25 h y el GPS dice que nos encontramos a 2780 m de altura.

Hacemos un breve alto para decidir por donde subir. De las distintas sendas que se encaraman por la pedrera, escogemos la que va mas cerca de la pared de la izquierda. La subida es fuerte y sostenida. Las piernas lo notan, obligándonos a ir muy lentamente. Los 230 metros de desnivel que hay hasta el collado del Diente de Llardana se hacen larguísimos. A media altura empieza a granizar con intensidad. A diferencia de las veces anteriores, la precipitación no cesa. Nos detenemos para decidir que hacer. Esta claro que no tiene sentido continuar. Pero decidimos llegar hasta el collado, comer algo en el mismo y volvernos para abajo. Una vez mas, los dados se decantan por que continuemos la ascensión.
Cerca del Collado del Diente de Llardana
Proseguimos la subida. Unos minutos mas tarde la precipitación cesa tan bruscamente como empezó. Como ya hemos decidido lo que vamos a hacer este hecho nos deja indiferente. A algo menos de 100 metros por debajo del collado empezamos a encontrar nieve. Primero pequeñas manchas aisladas. Después un estrecho nevero que ocupa el eje de la canal, que se va haciendo mas ancho conforme ganamos altura. La nieve es granulada y muy compacta, tanto que se ha de dar una patada para poder romper su capa superficial y hacer huella. En los últimos metros la canal se estrecha, pierde inclinación, y la nieve la cubre en toda su anchura. Finalmente alcanzamos el collado en medio de la niebla con ráfagas de un viento helado y desagradable (3010 m, 10.05 h).

A nuestra izquierda (S)  la impresionante aguja calcárea del Diente de Llardana se intuye entre la niebla. Una vez mas habré de dejar la ascensión a este precioso tresmil (3094 m) para otra ocasión. A la derecha (N) una barrera rocosa defiende el acceso a un ancho cordal nevado que se pierde entre las nubes. Por ahí va la ruta del Posets. Casi sin querer, en tres horas de marcha (contando las paradas) hemos salvado algo mas de 900 metros de desnivel y nos hemos situado al pie de la espalda de la segunda montaña mas alta del Pirineo (cuya cima se encuentra 365 m mas arriba). Sin grandes problemas hemos llegado mucho mas lejos de lo esperado. Ha habido suerte. El tiempo nos ha respetado. Tenemos motivos para estar satisfechos. Ahora toca abrigarse, comer, beber y disfrutar del momento. Después, tal como hemos acordado, nos iremos para abajo…
En el collado . Detrás el Diente de Llardana
A mitad del almuerzo alguien tira los dados y me pregunta cuanto hay hasta la cima. Le respondo que una hora, tal vez menos, yendo rápidos y si las condiciones no son malas. No dice nada pero su expresión muestra claramente lo que piensa. Es evidente que la idea de volverse teniendo la cumbre tan cerca no seduce al personal. Alguien mas vuelve a coger el cubilete e insiste sobre el tema. La posibilidad de intentar la cima toma cuerpo por momentos, pero nadie se decide a tomar la iniciativa. Insisto en que lo mejor es darnos la vuelta. El grupo tiene opiniones divididas. Una mitad quiere subir. La otra bajar. Finalmente me piden que decida yo porque soy el que tiene mas experiencia. Protesto ante esta situación. No es justo que me carguen esta responsabilidad. Esta vez no pienso tirar los dados…

En esto aparece la vanguardia del grupo de 19 que han seguido nuestros pasos. Comentan que una parte del la gente va fundida y bastante retrasada. Después se dirigen al lado oeste del collado (el que mira al valle del Forau de la Neu) y se detienen a esperar a los que faltan. Su equipo no es adecuado. Botas de verano, ni piolet, ni crampones. Sólo algunos llevan bastones. Me estoy preguntando si se atreverán a seguir, cuando uno de ellos empieza a trepar por las rocas situadas encima del collado. Enseguida alcanza la parte superior de las mismas, hace una señal a los otros para que le sigan y continua subiendo. Pero nadie se mueve…

La llegada de esta romería corta momentáneamente la discusión sobre subir o no a la cima. Yo  digo que me bajo, pero que si alguien quiere subir ningún problema. Cada cual ha de ser responsable de sus decisiones. La cuestión parece zanjada cuando Roger (el mas fuerte de nuestro grupo) pide que lo acompañemos hasta el final de la zona rocosa. A partir de allí se va por una ladera nevada y se ve capaz de continuar solo. No esperaba esta tirada de dados… El resto del grupo parece conforme en acompañarlo. Y acepto...Pocos después nos ponemos en marcha. Son las 10.37 h.

Superamos sin problemas una primera barrera rocosa de una veintena de metros de altura. Después seguimos por un cordal ancho y pedregoso hasta dar con una nueva barrera. La esquivamos por una serie de terrazas situadas en el lado izquierdo de la misma (O), que quedan colgadas sobre el valle del Forau de la Neu. El terreno es fácil, pero al estar nevado y ser algo expuesto se ha de ir con cuidado. Le pido a Roger que tome la delantera y abra traza. Yo iré detrás de él indicándole por donde ir y consolidando las huellas para el resto del grupo. El grupazo de 19 se ha puesto en marcha y sube por nuestras huellas. Me da mal rollo...
Continuamos subiendo
Superada la zona rocosa entramos en una amplia ladera. La capa de nieve granulada está algo dura, pero dando un par de patadas se consigue una huella aceptable. Con los crampones seguro que iríamos mas cómodos. Perocomo que de momento no son imprescindibles continuamos sin ellos. Subimos por la derecha de la pala de nieve, siguiendo el trazado del itinerario de verano. Llevamos un buen ritmo pero paramos continuamente. A unos 3100 metros de altura Roger nos dice que a partir de ese punto ya puede seguir solo. Antes de que pueda contestar otros dos amigos dicen que ellos también continúan. El resto calla y, por tanto, otorga…Ni dados ni historias.  ¡Esto es un botín…! Finalmente me aplico la ley de que si no puedes con ellos únete. Seguiremos todos juntos hacia la cima.  De repente me siento como liberado. Me doy cuenta de que, a pesar de todo, yo también quiero subir… 
Esta es la pinta que tenía el pico de las Espadas
Proseguimos. Dejamos a la derecha una hondonada e iniciamos un ascenso algo escorado a la izquierda para evitar una zona rocosa de la espalda del Posets. La pendiente se acentúa y hacemos alguna corta lazada para suavizarla. A pesar de encontrar tramos de nieve dura, donde la bota solo deja una leve marca, esta no es muy resbaladiza y se sube bien. Ganamos metros con relativa rapidez, yendo siempre en el mismo orden. La “máquina” Roger delante haciendo de motor. Yo le sigo con el “timón” y después va el resto. Por detrás, a pocos metros, viene el grupazo. Alucinamos cuando se quejan de que subamos en zig-zag y haciendo paradas. Les decimos que pasen delante, y dicen que no…Es muy cómodo seguir la huella de los otros...

El tiempo empeora. La niebla se cierra. Las ráfagas de viento se hacen mas fuertes y frecuentes. Empieza a granizar. Consulto el GPS, 3210 m. Sólo 165 m hasta la cima. “La cumbre está en el bote”, pienso para mí. Pero como dice el refrán “nunca digas zape hasta que haya pasado el último gato…”. Con este tiempo el Posets es mucho Posets, y aún nos reserva algunas sorpresas.

A las 11.30 h alcanzamos el cordal de la espalda del monte, unos metros antes de que este se transforme en cresta rocosa. En el último tramo de la pendiente la nieve empeora y pasa a ser estratificada e inestable. Estamos muy arriba (3310 m), pero lo que queda no se ve nada claro. Las rocas están escarchadas. En las pendientes de ambos lados la nieve, dura por arriba y granulada por debajo, se desprende al pisarla. Ciertamente la cresta no es difícil (en seco se pasa sin apoyar las manos), pero ahora es mucho mas peligrosa que en pleno invierno, cuando las rocas y las laderas quedan bien cubiertas de una gruesa capa de nieve estable. A ambos lados los precipicios son importantes. Un resbalón podría tener muy malas consecuencias.

Caminamos unos metros hasta el inicio de la arista. Roger sigue adelante piolet en mano. Con precaución y seguridad se eleva sin crampones por las rocas heladas y desaparece entre la niebla. Nosotros no somos tan atrevidos como él. Nos detenemos para ponernos los pinchos. Mientras tanto llega el grupazo. Sus primeros componentes pasan a nuestro lado sin detenerse. Perplejo los veo superar los primeros pasos rocosos “a pelo” y dirigirse hacia la cumbre a toda velocidad. La gente que llega después no va tan convencida y, al ver que nos ponemos los crampones, se detienen a pensárselo. Tras un rato de espera sólo unos pocos se deciden a continuar. Lo hacen despacio, con precaución. El resto se queda a esperarlos.
En el cordal cresta del Posets
Con los pinchos en los pies la cosa mejora y es mas segura. Superamos una primera sección rocosa de la arista. Como en las laderas la nieve no es de fiar vamos por el filo. Avanzar es un juego de equilibrio sobre una superficie estrecha, resbaladiza e irregular. La tormenta arrecia. La granizada y el viento se intensifican. La niebla se cierra aún mas. Nos cruzamos con gente que ha decidido darse la vuelta. En un momento dado una ráfaga de aire desgarra la niebla momentáneamente. Durante unos segundos podemos ver la continuación del recorrido. La visión es dantesca. En un centenar de metros la arista es un filo de rocas escarchadas, mas estrecho y agudo que el que acabamos de superar. Después se ensancha y transforma en un cordal nevado que se eleva suavemente hacia el poste geodésico de la cumbre del Posets. En medio de este decorado distingo algunas figuras paradas y otras que se mueven en ambas direcciones. Supongo que alguna de las que vuelven de la cima debe ser Roger, pero no logro distinguirlo.


Consulto el GPS. Nos encontramos a 3335 m de altura. Sólo nos faltan 40 en desnivel y algo menos de 200 en distancia. En otras condiciones serían 5 o 10 minutos como máximo. Hoy una eternidad. El tiempo empeora por momentos. Sin ser difícil, lo que nos queda es delicado y peligroso. Son las 11.48 h. Llegó la hora de finalizar la partida y guardar los dados… Le digo a Encarna que lo mejor es retirarnos. Está de acuerdo. Después me acerco a los otros y les comunico mi decisión. Les jode despedirse de la cima que tanto anhelan cuando la tienen a un tiro de piedra. Pero ven claro que tal como están las cosas lo mas prudente es darse la vuelta.
Poco antes de decidir darnos la vuelta
Sólo nos falta esperar a Roger. Le llamamos a gritos. Pero el viento y la niebla hacen que no nos pueda oír. Tenemos frío. Se propone empezar a bajar, pensando que Roger nos atrapará ya que va mucho mas rápido que nosotros. Pero prefiero esperarle. No estaré tranquilo hasta que no esté con nosotros. Tras unos minutos oímos voces. Poco después aparecen tres figuras entre la niebla. Son del grupazo. Sin enfatizar demasiado dicen una frase que me sacude como una descarga eléctrica "Oye, que volviendo de la cima se nos ha caído Pedro…”

Antes de que podamos reaccionar aparece Roger. Ha sido testigo del accidente. Visiblemente impresionado, nos explica que ha ocurrido al pasar una pequeña brecha de la cresta de unos dos metros de ancho. En vez de ir por el filo rocoso, el chico (Pedro) prefirió ir por la ladera de la izquierda. En medio del paso, la nieve donde se apoyaba se desprendió, precipitándose por una canal nevada de la cara norte de la montaña (la que da al valle del Forau de la Neu). Roger dice que el hombre bajaba a gran velocidad cuando lo vio desaparecer entre la niebla. Poco después hubo un momento con algo de visibilidad, y pudo ver que seguía deslizándose por una ladera nevada situada bastante mas abajo. Según dice la caída podría ser de mas de 200 metros de altrura, tal vez mas. Nadie sabe nada mas. Se ignora el estado y situación del accidentado. Lo han llamado a voces, pero no han obtenido respuesta.

Alguien que lleva un walkie habla con el refugio y pedir ayuda. Cn este tiempo el rescate aéreo es imposible y por tierra será largo y complicado. Ante la pregunta de qué se va hacer, Roger explica que él y otro del grupazo van a bajar rápidamente hasta el collado del Diente de Llardana con la intención de intentar localizar el accidentado y conocer su estado. Después ya verán que se hace. Roger lleva crampones y piolet, pero su compañero ocasional va “a pelo”. Para evitar mas sustos le dejamos uno de nuestros piolets. Después los dos inician un rápido descenso y desaparecen en la niebla…
Bajando...
A las 11.55 h iniciamos la bajada. Nos tomamos el descenso con mucha calma. Entre otras cosas para dejar que los del grupazo bajen primero y a su aire. La verdad es que con los crampones se va de maravilla, bajando con absoluta seguridad a pesar de que en algún punto la inclinación de la ladera alcanza los 40 grados. A media bajada nos llega la noticia de que han localizado a Pedro y que parece que está bien. Respiramos aliviados. La verdad es que ha vuelto a nacer, ya que ha caído por una de las pocas canales de la vertiente norte que no quedan cortadas. La buena nueva sube la moral del grupazo y también la nuestra.

A las 12.40 h llegamos al collado del Diente de Llardana. Ha parado de nevar. La niebla ha subido. Hay visibilidad hasta unos 3200 metros de altura, ocasionalmente hasta las mismas cumbres. Nos reunimos con Roger que nos dice que han visto a Pedro en un campo de nieve que por su situación situamos a unos 3150 m de altura. Parece que se mueve con bastante normalidad, por lo que no debe tener nada grave. El problema es como bajarlo. Uno de los del grupazo ha salido corriendo hacia el refugio para pedir una cuerda , no acabo de entender con que finalidad. Otros dos van a intentar llegar hasta el accidentado. Parece que en el refugio ya se han puesto en contacto con la Guardia Civil y el rescate está en marcha. La situación no está controlada pero sí encauzada.
Nuestro grupo, de nuevo en el collado de la Diente de Llardana
Hacemos una breve parada para comer algo y sacarnos los crampones. Pregunto a Roger si ha hecho cima (con el follón del accidente ni había pensado en ello). Una sonrisa ilumina su cara y me dice que sí. Cuenta que el último tramo de la cresta era muy delicado y peligroso. Hicimos bien en darnos la vuelta.. Unos minutos mas tarde (12.55 h) nos despedimos del grupazo e iniciamos el retorno.

La bajada no tiene historia. La nieve ha caído hasta los 2700 m dejando una capa discontinua sobre las piedras de la Canal Fonda. El descenso exige atención para no resbalar y darse un culetazo. Mas abajo vuelven la niebla y la lluvia, pero sólo durante un rato. Después el tiempo da signos claros de mejora. La niebla se abre generosamente y en el cielo se ven algunos claros. Podemos ver el valle de Eriste y el pico Escorbets. Por el Posets la cosa sigue tapada. Caminamos ligeros pero sin correr, poniendo cuidado en los numerosos pasos rocosos que presenta el camino.

Llegando al poste señalizado donde se separan los GR que van al collado de Eriste y al de la Piana, primero oímos, después vemos, un helicóptero de la Guardia Civil que intenta subir hacia el Posets. Es el equipo de rescate, que intenta sin éxito encontrar un pasillo entre la niebla que les permita acceder hasta el accidentado. Mas tarde nos enteraremos de que tras un montón de intentos consiguieron llegar hasta la Vall de la Neu y rescatar al pobre Pedro que estaba acompañado por dos amigos. Después lo llevaron a Benasque. No hemos tenido noticias del accidentado, pero aplicando el dicho inglés de “no news, good news”, pensamos que debe estar bien…

A las 14.40 h llegamos al refugio Angel Orús. Nuestros compañeros, que se han tirado buena parte de la mañana jugando al dominó, bajan a recibirnos. Están al corriente de lo que ha ocurrido y sus expresiones son de circunstancias. “Así que sólo ibais hasta el torrente de Llardaneta”, oigo decir a alguien. Otro se muestra mas contundente al afirmar que “hoy no hacía día para subir ninguna montaña…” . Tiene mucha razón. No hay ningún reproche, pero es evidente que han estado preocupados.
           
A las 15.47 h abandonamos el refugio Angel Orús. La bajada es tranquila y algo pesada. El tiempo se comporta. No hay lluvia, ni niebla. Tampoco sol. El río está tan embravecido como ayer por la tarde. El camino continua convertido en un torrente y sigue bajando agua por todos sitios. Pero todo esto ya no es importante… A las 17.10 h llegamos al coche. Es un placer liberarse de las botas y de la ropa de faena, vestirse de calle y calzarse unas zapatillas de deporte. “Game over”. La partida ha terminado…

EniEn - Septiembre 2006

2 comentarios:

  1. Lástima que no te pudiera acompañar el sábado al Possets.
    A juzgar por el tiempo que hizo en Laspaúles, seguro que estas situaciones climatológicas no se habrían dado.

    Te espero en Laspaúles, cualquier dia que tu propongas a la cima.

    Un saludo. Roberto

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  2. Podries fer un pensament i mirar de publicar algun llibre de memòries, relats muntanyencs i/o rutes. Tens un do per la escriptura! Aquesta crònica me l'he llegida de principi a final i sincerament, m'ha agradat molt! Ha estat com llegir una novela, en Pedro i ha posat la cirereta, la climatologia adversa, l'equipament, el raonament dels diferents protagonistes...xapó! Jugando a los dados, mai més ben dit! Molt instructiu i didàctic, a la muntanya sempre amb cap! Me'n alegro que tot quedes en una anècdota! Saluts beguetans, pau.

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