Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

lunes, 21 de noviembre de 2011

SEXTA VEZ

El recorrido de la cresta que une los picos de Tempestades y Margalida es uno de los grandes  clásicos de la zona de Ballibierna. Una arista de granito corta, fácil pero no sencilla, aérea y con mucho ambiente, que a nadie deja indiferente. Si a esto le añadimos el entorno y las vistas, el resultado es un itinerario excepcional, de cinco estrellas.

Recuerdo la primera vez que hice este recorrido. Fue en Julio de 1979. Santiago y yo llegamos a la cima del Margalida reventados y con los nervios a flor de piel. Detrás quedaban un vivac, la cresta de Salenques y una peligrosa embarcada por la cara norte del Margalida, en la que nos metimos sin querer. Al ver lo lejos que estaba la cumbre del Aneto, decidimos dejarla para otra ocasión y sólo ir hasta el pico Tempestades, cercano y asequible. Con la tranquilidad y suficiencia que da salir de un recorrido difícil y meterse en uno mucho mas sencillo, iniciamos la travesía de la cresta como quien va a buscar el periódico. No era nuestro día… Unos minutos mas tarde volvíamos a estar en apuros, pero el orgullo nos impedía sacar la cuerda (la guía acotaba la cresta de I-II). Para acabarlo de arreglar, la pesada mochila nos empujaba hacia los cortados que se abrían a ambos lados. Un buen marrón… Por suerte la zona mas recortada de la cresta es corta y pronto queda atrás. Fácilmente llegamos a la Brecha Margalida. Poco después alcanzamos la cima del pico Tempestades. Tras un largo descanso con siesta incluida, nos despedimos del Aneto y emprendimos un largo descenso hacia el valle de Ballibierna y el llano de Senarta, al que llegamos destrozados al final de la tarde… Posteriormente recorrí la cresta Tempestades-Margalida otras cuatro veces y nunca tuve tantos problemas como en la primera. Sin duda aquel día pagamos la novatada…

Hace unas semanas hice la travesía Tempestades-Margalida por sexta vez. Fui con Martí, los amigos del CEM y Josep, todo un personaje que se unió al grupo cuando la excursión estaba muy avanzada. Hizo buen tiempo, todo fue según lo previsto y lo pasamos muy bien. Además conocí una nueva ruta de bajada directa del Margalida que evita haber de hacer la cresta de vuelta. Fue una jornada magnífica…

TEMPESTADES-MARGALIDA

Fecha
OTOÑO, Domingo 16 de Octubre del 2011
Asistentes
Isabelle, Africa, Carme, David Pages, David Martínez, Jordi, Martí, Enric.  Posteriormente se añadió al grupo (tras pedirnos permiso) Josep, un catalán del Nord jubilado y con mucha marcha.
Zona
Macizo del Aneto-Ballibierna. Valle Benasque, Pirineo Central. Huesca
Inicio ruta
Puente de Coronas (al final de la pista de Ballibierna que sale del llano de Senarta)
Final ruta
Recorrido
Puente de Coronas-Pleta de Llosars-Ibon de Llosars-Ibon Pequeño de Llosars-Rampa Sur- Pico Tempestades- Brecha Margalida- Cresta Margalida- Pico Margalida- Rampa Sur- Ibón Pequeño de Llosars- Retorno por el itinerario de subida
Noche
No. Puede hacerse noche en el Ibón Superior de Llosas
Horario
Total
 11 h 36 min
Efectivo
9 h 10 min aprox
Cota (m)
Mínima
1960 (pista Ballibierna, 100 m antes refugio)
Máxima
3296 (Pico Tempestades)
Climatología
Buen tiempo. Bastante frío de buena mañana y en logares donde no da el sol
Nieve-hielo
No
Desnivel (m) (1)(2)
Ascenso
1455
Descenso
 1455
Distancia (Km)(1)
11.4
Dific.Física
Alta. Importante desnivel
Dific.Orientación
Baja-Media . Hasta el Ibón Pequeño de Llosars hay buen camino. Después sendas e hitos jalonan el recorrido hasta el pico de Tempestades.
Dific.Psicológica
Alta. Pasos expuestos y aéreos en la cresta del Margalida. Algo menos en el descenso de este pico
Dific.Técnica
Media-Alta. Pasos de I-II en la cresta Tempesatades-Margalida, y de I en el descenso del Margalida
Material
Salvo en ausencia de nieve, piolet y crampones necesarios. La cresta se hace bien a pelo, pero ha de llevarse una cuerda de 30 m y algunas cintas por si alguien se impresiona (algo normal).
Cartografía
Aneto-Maladeta. 1 :25000 , Ed.Alpina, 2006-2007
Bibliografía
Aneto. 120 ascensiones ,  Itins.27A y 28A , David Atela, Ed.SUA , 2005
Valoración
Cresta de granito corta, fácil pero no sencilla, aérea y con mucho ambiente. La aproximación tiene un desnivel considerable.
Comentarios
Uno de los recorridos mas clásicos de la zona de Ballibierna. No dejarse influir por el aspecto que tiene la cresta desde el pico Tempestades, es mucho mas fácil de lo que parece.
El descenso del Margalida por su cresta SE (hitos y  huella de paso) evita tener que hacer la cresta de vuelta y nos ahorra algunos pasos de destrepe bastante curiosos.
Con perros…
Sin grandes problemas hasta la base de la pirámide cimera del Pico Tempestades. Los últimos 100 de esta montaña desaconsejables por el riesgo de que nuestros amigos tiren piedras. El Margalida no es pico para hacer con perros, salvo que sean voladores.
Track (en formato gpx):
(1) A partir del track con CompeGPS Land.  (2) Considerando variaciones mínimas de altura de 2 m



Domingo 16 de Octubre. El termómetro exterior de coche marca -3ºC cuando Martí y yo llegamos al final de la pista de Ballibierna. Aparcamos un centenar de metros antes del refugio (1958 m). Son las 6.00 h, aun es negra noche y el cielo está lleno de estrellas. El frío hace que los preparativos sean más rápidos de lo normal. En algo menos de 5 minutos nos ponemos la botas, calibramos el GPS y acabamos de montar las mochilas. A las 6.06 h empezamos a caminar bajo la luz de nuestras lámparas frontales.

Tomamos el tramo de pista horizontal, pedregosa y cerrada al tráfico, donde empiezan la mayoría de las rutas montañeras del valle de Ballibierna. En diez minutos llegamos a la curva donde sale a la izquierda la senda del valle de Coronas (6.15 h, 1985 m). Nuestro camino continua a la derecha  y sube por la orilla derecha (orográfica) del valle de Ballibierna (primero) y de Llosars (después), mas o menos alejado del río. La oscuridad hace que, en algún momento, sea algo confuso. Pero lo conocemos bien y no tenemos ningún problema. A las 6.44 h dejamos a la derecha la pasarela sobre el torrente de Llosars, donde empieza el camino de los lagos de Ballibierna (2145 m). Poco después salimos a la Pleta de Llosars donde hacemos un breve alto (6.54-6.57 h,2200 m).

Amanece mientras remontamos las pendientes que llevan al Ibón de Llosars. Por delante no vemos a nadie. Por detrás, bastante retrasadas, suben varios grupos de luces. A las 7.40 h llegamos al desaguadero del lago (2473 m). Inspeccionamos las zonas de vivac que hay en los alrededores. Están desiertas. Los amigos del CEM deben de haber acampado en el Ibón Superior.

El camino, ahora menos evidente, remonta (SE) la canal pedregosa por donde baja el torrente que une los dos lagos. A las 7.58 h, dos minutos antes de la hora prevista (las 8.00 h) llegamos al Ibón Superior. La senda lo rodea por la izquierda (N), unos metros mas arriba de las aguas. En la orilla opuesta (SE) del lago, casi tocando la pedrera, vemos un grupo de seis que desmontan dos tiendas de campaña. Los reconozco y me reconocen. Son los del CEM.

Nos detenemos en unas rocas que hay junto la senda (2534 m). Aun no nos da el sol y el ambiente es frío. Comemos y bebemos algo mientras esperamos a nuestros amigos que llegan por separado. Carme, Africa, Isabelle, Jordi, David M y David P. Hacia tiempo que no coincidíamos y me alegro de verlos. Les presento a Martí, les doy recuerdos de parte de Encarna (que se ha quedado con Rosa y Pot en Laspaules) y charlo brevemente con cada uno de ellos. Una vez reunido todo el grupo, reemprendemos la ascensión (8.21 h).

El sendero continua unos metros en horizontal (E-SE), cruza un torrente y después gira bruscamente a la izquierda (NE, hito) para remontar (ligeramente escorado a la izquierda) el escalón de hierba y rocas que domina el ibón superior de Llosars. La subida es fuerte y sostenida. La hacemos tan poco a poco que podemos ir hablando buena parte del rato. Tras ganar algo mas de 300 metros de desnivel, el terreno pierde inclinación y se hace pedregoso (9.15 h, 2875 m). La senda desaparece, pero hay muchos hitos. Nos encontramos en la parte baja de una característica rampa rectangular, orientada al sur y medianamente inclinada, delimitada por las paredes y crestas de los picos de Tempestades, Margalida y Rusell. Un universo de pequeños muros, losas y bloques de granito de todos las formas y tamaños, que coexisten sin orden alguno.  De cuando en cuando, algún pequeño tramo herboso pone un punto de color es este mega espacio mineral y casi monocromático. En lo alto de la rampa, a la izquierda, la pirámide del Tempestades parece engañosamente cercana. A la derecha, la cima del Margalida pasa desapercibida.  Mas cercanas, las crestas que conectan los distintos picos de Rusell, proyectan sus paredes sobre el flanco derecho de la esta ladera mineral.

Tras un breve alto continuamos con la idea de detenernos cuando nos de el sol. Esto ocurre 35 minutos mas tarde, tras haber rebasado los tresmil metros de altura (9.50 h, 3040 h). Mientras desayunamos nos adelante un grupo de tres. Nos dicen que van al Tempestades y que por detrás viene mas gente (algo normal cuando la cumbre es un tresmil alto y sencillo). Cuando les pregunto si subirán al Margalida, cambian de expresión y responden que no conocen la ruta de ascensión, que no llevan cuerda, que no lo ven claro... O sea, que no…

A las 10.07 h volvemos al tajo. Los dos David van como motos y pronto se separan del mismo. No han subido el Tempestades (del grupo sólo lo he hecho yo) pero la ruta de ascenso es clara. Llegando al pie de la pirámide de la cima, nos atrapa un señor mayor que sube a buen ritmo. Nos dice que va solo y nos pide permiso para unirse al grupo. Evidentemente le decimos que sí. El hombre tiene ganas de hablar … Durante el incómodo tramo de ascenso (por canales de piedra fina e inestable y algún sencillo paso de trepada) que nos queda hasta la cumbre, nos cuenta un montón de cosas. Se llama Josep, es un “català del nord” (no francés), jubilado (70 años), ha venido solo (con una furgoneta que se acaba de comprar) a pasar  unos días en esta zona del Pirineo, ayer intento el Aneto y hoy ha decidido hacer el Tempestades por que le han dicho que es bonito, alto y fácil… Ya cerca de la cima, me separo unos metros del grupo y voy hasta la cresta. El abismo que se abre al otro lado es de los que revuelve el estómago. Con cuidado trepo por los bloques colgados y alcanzo la cumbre, donde los dos David hace rato que esperan (11.00 h, 3278 m). Poco después llega el resto del grupo, y Josep…

La pequeña cumbre del Tempestades es impresionante mirador colgado sobre paredes y glaciares. No voy a describir las panorámicas, seria largo e incompleto. Prefiero que lo hagan las fotografías que acompañan a este escrito. Sólo daré un dato que me parece digno de mención, no hay nadie en  la cima del Aneto!!!  Muy mal debe estar el helero que hay por encima del collado de Coronas.

Los 40 minutos que estamos en la cumbre tienen un protagonista, Josep. Derrochando vitalidad, nuestro nuevo amigo habla apasionadamente de mil y una cosas. Me evado de las conversaciones para disfrutar del paisaje que nos rodea y evocar los momentos que viví en estas crestas. Desciendo unos pocos metros por la arista sur, en busca de un vivac colgado sobre el precipicio, en el que, hace muchos años, pase una bonita noche con dos buenos amigos. Después contemplo sin prisas la torturada cresta de Tempestades. Me maravilla que pudiera recorrer ese filo tétrico y descompuesto con rapidez, sin cuerda y sin problemas. Recuerdos…

Vuelvo a la cumbre y dedico mi atención a la aguda arista que lleva al Margalida. Desierta y sin nieve, presenta su clásica estampa de un desfile de puntas y torres de granito que cuelgan sobre los abismos de la cara norte. Esta imagen trasmite una falsa sensación de peligro y dificultad que ha hecho que mucha gente renuncie al Margalida sin poner un pie en la cresta. Hoy también pasa este fenómeno. Jordi, Africa y Martí  no lo ven claro y hablan de no subir a esta cumbre…

El tiempo pasa volando y llega mas gente. Abandonamos la cumbre del Tempestades (11.40 h). El grupo se divide en dos, los que van al Margalida (entre ellos Josep) y los tres que prefieren irse para abajo. Me quedo con estos últimos. Mientras que los otros descienden mas o menos por el filo de la cresta en busca de la Brecha de Margalida (I/I+), nosotros lo hacemos mal caminando por las canales pedregosas de la vía normal. Tras perder un centenar de metros de desnivel, giramos a la izquierda y alcanzamos una repisa entre losas de granito marrón claro (11.57 h , 3195 m). Nos encontramos algo a la izquierda de la vertical de la Brecha Margalida, que esta situada unas decenas de metros mas arriba.

Desde aquí la cresta parece mas asequible y mis tres amigos se la miran con otros ojos. Les explico que la última vez que subí al Margalida (2008, con Encarna) dejamos aquí las mochilas para escalar la arista sin peso, y nos fue muy bien… Durante unos minutos se habla de si nos metemos en la cresta o no.  Finalmente gana el sí. Dejamos las mochilas. Le paso mi arnés a Africa (Martí lleva el suyo), cojo la cuerda de 30 m, unas cuantas cintas y mosquetones, e iniciamos el ascenso (12.11 h). En esos momentos el resto del grupo alcanza la Brecha Margalida.

Una sencilla trepada en diagonal (E-NE) por repisas, fisuras y placas de granito nos a las inmediaciones de la sección horizontal y “ancha” de la cresta que hay después de la Brecha Margalida. Jordi, que  ha subido mas rápido que nosotros, se reúne con el otro grupo (que va por el filo de la cresta). Poco después llegan al pie de una torre vertical de aspecto impresionante. Curiosamente es Jordi quien la sube primero, realizando un paso algo acrobático por una fisura oblicua de su cara NO. ¿Y este es el que tenía miedo…?

Tranquilizo a Africa y Martí al decirles que nosotros no tendremos que superar esa torre. Seguiremos la “vía normal”, que va por la pared de la derecha, unos metros por debajo del filo de la arista. La ruta, bastante lógica, esta balizada con algún hito y se ha de ir encontrando. Combina travesías, cortos destrepes y trepadas fáciles, pero verticales y aéreas (I+/II), que por su exposición pueden requerir el uso de cuerda (nosotros no la utilizamos). Después alcanza la arista y, en un tramo sencillo pero muy aéreo (el mejor de la ruta), recorre un estrecho filo y sube a lo alto del gendarme que hay antes de la brecha que precede a la cima. Esta sección es muy impresionante y en el último tramo (II-, muy colgado sobre la pared norte) hacemos una corta tirada de cuerda. La bajada de la torre a la brecha es muy breve, pero hay un paso algo raro que pide atención. Una vez en la brecha (donde finaliza el famoso corredor norte del Margalida) una corta trepada nos lleva a la pequeñísima cima del pico Margalida, donde nos esperan Jordi y el resto del grupo (13.08 h, 3239 m). Abrazos, besos, felicitaciones, fotografías… Estamos muy contentos y satisfechos porque todo el grupo (incluido Josep) ha subido los dos picos previstos. Ha sido un pequeño gran éxito…
  
Mientras estamos en la cumbre hablamos del descenso. Hay tres posibilidades. Volver por donde hemos venido (lento, posiblemente comportará emplear la cuerda en algún tramo). Rapelar desde una instalación montada en unas rocas cercanas a la brecha anterior a la cima (desestimada porque muchos no llevan arnés y nuestras cuerdas son cortas). Bajar por la cresta SE (la que se dirige a los picos Rusell), una ruta que desconozco por completo pero que, según David, ha seguido un pareja que subió con ellos por la arista.  Haciendo caso omiso del dicho de que “mas vale malo conocido que bueno por conocer”, decidimos bajar por la cresta SE.

A las 13.20 iniciamos el descenso. Pronto vemos que la decisión ha sido correcta. La ruta no tiene mas problema que su fuerte inclinación y ser algo aérea. Tiene poca dificultad, es lógica y esta balizada (hitos y huella de paso). Poco a poco y con cuidado (el terreno no admite fallos) descendemos por la cresta hasta una sección horizontal de la misma (13,27 h, 3225 m). Entonces seguimos una especie de sendero que baja por la vertiente de la derecha  que, con algún tramo algo delicado (tierrecilla), nos deja en la parte ate derecha de la pedrera de la rampa (13.40 h, 2136 m). Sin duda esta vía (hasta ahora desconocida para mí) es mucho mas sencilla que la “normal” de la arista. Pero yo sigo prefiriendo esta última para subir. Para bajar depende de la situación…

Tras diez minutos largos esperando que llegue todo el mundo (13.51 h) el grupo vuelve a dividirse. Los que subieron con mochilas empiezan a bajar por la rampa sur. Los cuatro que lo hicimos sin peso hemos de recular en busca de las mismas. Un largo flanqueo (NO) ligeramente ascendente, nos lleva, primero por pedreras, después por losas de granito, hasta la repisa donde dejamos los petates (14.12 h). Hacemos un alto, comemos y bebemos algo y nos vamos para abajo (14.22 h). El descenso hasta el Ibón Superior de Llosars es y se nos muy hace largo. Cuando llegamos al lugar donde nuestros amigos pasaron la noche (15.39 h, 2530 m), Martí y yo empezamos a estar tocados. Los 1400 metros de desnivel de la excursión de ayer a las Peñas de las Once, y haber subido hoy desde abajo (lo que representa 1400 metros mas), pasan factura. Nos van de perlas disfrutar de 20 minutos largos de descanso mientras que los del CEM acaban de preparar las mochilas.

A las 16.00 h reanudamos la marcha con un pequeño ascenso hasta el camino. Después, excepto un breve subida que hay al rodear el Ibón de Llosars, todo es bajada. Sin prisas  y charlando con unos y otros, recorremos este ultimo tramo de la excursión. La luz de tarde acentúa los contrates y tonos del valle, ofreciéndonos paisajes muy bonitos que intentamos captar con las cámaras fotográficas. Josep continua igual que siempre, hablando por los codos. Me impresiona la vitalidad y la fuerza física y anímica de este hombre. Diría que para él la edad cuenta de distinta forma que en la mayoría de la gente. Cuando sea “mayor” me gustaría ser un poco así…

A las 17.40 h llegamos a los coches. Nos despedimos de nuestros amigos y de Josep y partimos hacia Laspaules. Martí, poco acostumbrado a machacadas como la de este fin de semana, me dice que seguramente mañana no podrá moverse. Sonrío e intento relajar las piernas que noto bastante cargadas. Mi amigo no es el único que está jodido… Mientras conduzco hago un recuento de las veces que he recorrido la cresta Tempestades-Margalida. Si la memoria no me falla, contando la de hoy, me salen seis veces en 32 años, lo que viene a ser  1 vez cada 5.3 años… Por tanto, hasta el 2016 o el 2017 no toca volver. Me pregunto si seré capaz de esperar tanto…

La ruta en imágenes 
(Recomendamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")

EniEn - Octubre 2011

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