Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

domingo, 10 de julio de 2011

ONCE DIAS EN BABIA. LAS UBIÑAS

Babia es una comarca montañosa situado al NO de la provincia de León, tocando Asturias. En la Edad Media, cuando León era un reino, los reyes celebraban correrías cinegéticas y gastronómicas en Babia, evadiéndose temporalmente de obligaciones y responsabilidades. En esas temporadas, a los que acudían a la corte se les decía que los reyes nos les podían atender porque “estaban en Babia”. Con el tiempo esta frase tomó el significado de estar ausente, absorto o distraído…Pero hay otra explicación... Antiguamente los rebaños de ovejas de Babia trashumaban a Extremadura durante el invierno. En las noches extremeñas, algunos pastores babianos recordaban su tierra mirando al norte con aire absorto y distraído. Y sus compañeros decían  “están en Babia…”.

Desde que a través de libros, guías e Internet, descubrimos los montes de Babia y sus alrededores, nosotros también queríamos estar en Babia, pero no en sentido figurado… Así que decidimos dedicar cuatro días de vacaciones a visitar esta zona tan desconocida por los montañeros catalanes.

La primera ruta que realizamos nos llevó al Peña Ubiña (verdadero “pico insignia” de la zona) y a su hermana la Peña Ubiña Pequeña. Fue una excursión circular excepcional, con una gran sorpresa en la cumbre. Quedamos tan extasiados que decidimos alargar nuestra estancia. Y los cuatro días se transformaron en once…


PEÑA UBIÑA Y PEÑA UBIÑA PEQUEÑA

Fecha
Lunes 27 de Junio 2011
Asistentes
Encarna,Enric
Zona
León-Asturias. Cordillera Cantábrica. Macizo de Peña Ubiña.
Inicio ruta
Torrebarrio. A unos 3 Km de San Emiliano, por la ctra LE-481 que va al Puerto de la Ventana
Final ruta
Recorrido
Torrebarrio-Collado Ronzón-Cresta Sur y cima Peña Ubiña Grande- Decenso por canal SE al Alto Terreros-Collado Ronzón-Cresta NO y cima Peña Ubiña Pequeña- Bajada por cara O- Torrebarrio
Noche
No
Material
Alta montaña estival. Opcionalmente cuerda y cintas largas en cresta NO de la Peña Ubiña Pequeña. Casco aconsejable en le descenso de la canal SE del Peña Ubiña 
Dificultad
Técnica
Poco difícil. Pasos trepada muy fácil en la Peña Ubiña y de I-II en la Pequeña.
Física
Muy alta (importante desnivel acumulado)
Cota (m)
Mínima
1240 (Torrebarrio)
Máxima
2411 (Peña Ubiña)
Desnivel (m)
Ascenso
 1650 m aprox
Descenso
1650 m aprox
Distancia
13.8 Km
Horario
Total
9 h 5 min
Efectivo
 8 h aprox
Climatología
Buen tiempo hasta mediodía. Después se cubre el cielo. Nos roza la tormenta pero no llega a llover
Cartografía
“Cordillera Cantábrica. Macizo de las Ubiñas”,1:25000,Ediciones Adrados, 2006
Bibliografía
“Cordillera Cantábrica Central y Occidental”,Itin.24a,24c,25a y 25b. David Atela, Ed.Desnivel, 2010.
“Montañas de Castilla y León’’.Cap.6, I.Saez y E.Santin, Ed.Desnivel, 2010
Valoración
Ruta circular que asciende en travesía la montaña mas popular de la zona y su hermana pequeña. Gran ambiente. Vistas enormes. Pasos de trepada y fuertes pendientes herbosas (sobre todo en la cresta, algo aérea y expuesta, de la Peña Ubiña Pequeña).
Comentarios
Periplo excepcional y recomendable que requiere saberse mover por el monte. Ideal para conocer la zona. Atención a la Peña Ubiña Pequeña, tanto a la subida por la cresta como a la bajada por la vía normal, que desde arriba (y si no se conoce la ruta) nos pareció poco evidente.
En la cima de la Peña Ubiña nos acompaña un zorro resabiado.

Track de la excursión (en formato gpx):


Domingo 27 de Junio. Después de 800 Km y 8 horas viaje en coche, llegamos al pueblo leonés de San Emiliano. Son las 19.00 h. Aparcamos delante del Hostal de Montaña del Valle de San Emiliano, donde hemos reservado una habitación hasta el próximo viernes 1 de Julio. Una placa en la pared exterior del establecimiento, cuyo anagrama es igual al de un cartel que vimos en la carretera, nos recuerda que estamos en Babia. Por fuera y por dentro el hostal tiene un aspecto estupendo. Formalizamos la reserva y nos acomodamos en la habitación. Después vamos a dar una vuelta por el pueblo. Dos cosas nos sorprenden, la tranquilidad y las cigüeñas que anidan por todas partes. Al NE, relativamente cerca, las moles de las dos Peña Ubiña nos hace soñar despiertos. A las 21.30 h nos sirven la cena. Y menuda cena…Después a dormir, que mañana anuncian buen tiempo, pero sólo por la mañana…


Lunes 28 de Junio. El día nace fresco y sin nubes. Tras desayunar en la habitación zumo y  café con leche con madalenas (que nos han dejado preparado, ya que el bar del hostal abre a las 9.00 h) partimos hacia Torrebarrio. El viaje es corto, algo menos de 4 Km.  Aparcamos en una pequeña placeta que encontramos a la derecha después de entrar en el pueblo. Al este, el perfil en sombra de las Peña Ubiña se recorta contra el cielo. Empezamos a caminar (7.05 h, 1240 m).

Tomamos una calle que sale (E) de la placeta. Después gira a la derecha, pasa junto una fuente-abrevadero y llega a una plaza (junto un parque infantil). Un cartel señala el inicio de la Ruta al Entorno de Ubiña, que deberemos tomar hasta el collado de Ronzón. Otra calle nos lleva a un pequeño puente. Pasado el mismo, justo a la izquierda, sale una pista que pasa bajo el montículo sobre el que se encuentran la iglesia y el cementerio. La ruta va por esta pista (hay un pequeño hito). Pero no la tomamos. Continuamos recto y, al encontrar una bifurcación, cogemos una pista cementada que nos lleva a la iglesia. Desde la misma vemos buena parte de la ladera herbosa que sube hasta la base de la cara oeste de la Peña Ubiña. Nos preguntamos si no será mejor remontarla directamente, que seguir la pista, que hace un rodeo por la izquierda. Consultamos el mapa, nos volvemos a mirar la ladera y decidimos hacer nuestro propio itinerario. No aprenderemos nunca…

Un camino-pista que sale de las inmediaciones del cementerio (detrás de la iglesia) nos lleva, al NE y casi en horizontal, hasta el valle de Fontalba, donde se pierde entre las matas. Seguimos campo a través. Cruzamos un riachuelo e iniciamos una larga subida directa (E-NE) por un ancho cordal escalonado cubierto de hierba, matorrales y tramos de tierra y piedras, donde el único problema es salvar algunas líneas de alambradas. El ambiente fresco y umbrío facilita el ascenso. A la izquierda (NO) vemos un cordal terroso por donde va la pista que sigue la ruta del Entorno de Ubiña. Cuando ésta se acerca al pie del espolón oeste de la Peña Ubiña (1550 m) gira a la izquierda (NE). En ese punto sale a la derecha el camino del collado de Ronzón, que asciende en diagonal (SE) por debajo de las canales y paredones de la vertiente oriental de la montaña.

A partir de 1500 m encontramos sendas mas o menos marcadas que atraviesan horizontalmente la ladera. No las seguimos. Continuamos subiendo. A las 8.30 h (1680 m) encontramos el camino que viene de la pista, que esta muy marcado y presenta muchos hitos. Seguimos por el mismo, en fuerte pero cómodo ascenso en diagonal por pedreras y zonas herbosas. Nos alcanzan los rayos de sol, pero el ambiente frío hace que no sobre ropa. Poco a poco nos acercamos al collado. Unas lazadas bien marcadas suben por la otra vertiente. Según la guía son el final de un antiguo camino que sube directamente de Torrebarrio. La amplia horcada esta dividida por un gran montículo rocoso (La Carba). El collado de Ronzón (1937 m) es el punto mas bajo y está a la derecha (S) del mismo. Cuando el camino traza un última diagonal y va en busca del collado, dejamos la senda y subimos directamente a la horcada situada a la izquierda (N) del montículo. Una vez en la misma hacemos un pequeño alto (9.17 h, 1976 m).

Por el otro lado llega un chico asturiano (Angel) que ha subido desde el refugio de Meicín (será la única persona que veremos durante toda la excursión). Tras saludarnos se detiene bajo la pared de La Carba. Nosotros iniciamos el ascenso de la cresta sur de la Peña Ubiña, que empieza ahí mismo. Una senda bien pisada remonta en amplias lazadas una fuerte ladera de hierba y nos lleva hasta los primeros escarpes. Después se trata de seguir los hitos. La hierba cede el protagonismo a la roca. Normalmente la ruta va a la derecha y unos metros por debajo de la arista sur. Aprovecha canales, terrazas y otras debilidades de la vertiente, por donde el sendero, siempre claro, se desliza sin problemas. En algún momento un corto y sencillo paso de trepada ameniza el ascenso. El terreno es muy empinado, pero no tenemos sensación de aéreo o expuesto. Una tras otra, vamos superando los distintos escalones calcáreos de la cresta en una subida divertida, pero también cansada. Finalmente alcanzamos la cima Sur de Peña Ubiña (10.28 h, 2391 m).

Tras un breve descenso hasta un collado, se inicia un recorrido a plena cresta. A veces estrecho y algo aéreo, pero siempre fácil, nos lleva por pequeñas puntas rocosas hacia la mas elevada donde distinguimos un poste geodésico. Por detrás, a un centenar de metros de distancia, vemos a Angel. Nos sentimos felices y satisfechos de estar aquí. Tanto que empezamos a festejar la cumbre antes de llegar a la misma. Entonces ocurre algo que hace que la cima pase a un segundo lugar…

A unos cincuenta metros de la cumbre veo un perro que nos observa desde arriba. Tiene las orejas tiesas y me parece un pastor alemán. Debe ir con alguien que está en la cima… La noticia nos deja algo fríos, pues esperábamos alcanzar la cumbre en soledad. No pasa nada…Poco después vuelvo a ver al animal, pero ahora no me parece un perro. Necesito unos segundos para procesar la información, parar en seco, sacar la cámara de fotos y girarme para decirle con signos a Encarna que no haga ruido. “¿Qué pasa?” me pregunta en voz baja. “No te lo vas a creer. Hay un zorro…” Mi respuesta la deja con una expresión de incredulidad, que cambia de inmediato cuando también lo ve. Parado sobre una roca, a unos seis metros de distancia, el animal nos mira sin miedo y con descaro. Ni se inmuta con el sonido de la cámara fotográfica. Sólo reacciona cuando nos acercamos. Entonces se gira y avanza hacia la cima, manteniendo la distancia y girándose continuamente, como si nos guiara… Estamos alucinados. Tanto que apenas  nos damos cuenta de la llegada a la cumbre del Peña Ubiña (10.44 h, 2411 m).

Angel, que nos ha alcanzado, también está sorprendido con la presencia de “la raposa”, como dice él. Piensa que debe estar enfermo, pero pronto esta claro que no es así. El bicho no sólo está sano, sino que sabe bien lo que hace. Al ver que nuestra actitud no es peligrosa, nos acompaña en la cumbre situándose muy cerca nuestro. Está claro que espera que le demos algo de comer. También  que no es la primera vez que utiliza esta táctica tan civilizada para alimentarse, y que parece que siempre la ha salido bien. Hoy también... Primero nosotros,después Angel, compartimos con nuestro amigo peludo parte de los víveres que llevamos, llegándolos a coger directamente de las manos. Increíble... Asimismo constatamos que prefiere los bocatas de embutido y queso de Angel, a nuestros frutos secos y barritas energéticas. ¡Que zorro es el bicho! Evidentemente, todo queda documentado en fotografías e incluso en video. Y nos hace una ilusión tremenda que en la foto que nos hacemos en la cima también salga nuestro increíble acompañante, aunque no llegue a posar…

El encuentro con el zorro monopoliza gran parte de nuestra atención durante los 35 minutos que estamos en lo alto del Peña Ubiña. Pero también hay tiempo para el paisaje. Desgraciadamente, hay neblina y la visibilidad deja mucho que desear. Así y todo, podemos contemplar los montes y valles que nos rodean y, con la ayuda de Angel, identificarlos y saber algo de ellos. De todo lo que vemos hay dos imágenes que nos interesan especialmente. Una es la Peña Ubiña Pequeña, un monte de aspecto abrupto que queremos subir mas tarde aunque no tenemos muy claro por donde hacerlo (Angel no lo ha hecho). La otra es el macizo de los picos de Fontán (también en la lista de posibles objetivos para estos días) y del cresterío salpicado de puntas que los une con el Peña Ubiña, donde destacan los picos de El Pasu Malu, Siete, los Castillines y el Prau Capón (que nombres mas sugerentes). Si ahora, sin nieve, el entorno es impresionante, en invierno ha de ser una pasada…

El viento frío ,que nos acompañó durante gran parte del ascenso, se ha calmado. Luce el sol y se está bien en la cima. Nos gustaría permanecer aquí mas tiempo, disfrutando del lugar e intimando con el zorro… Pero, tal como anunciaba la meteo, el cielo empieza a cubrirse y queda mucha ruta por hacer. Así que nos despedimos de Angel, del zorro, y nos vamos para abajo. El descenso lo hacemos por la canal de la cara SE que sale desde la cima (vía normal de invierno). Es un itinerario directo, tal vez demasiado, que lleva al collado del Alto de Terreros, situado a mas de quinientos metros por abajo. La parte superior de la canal es ancha, empinada, pedregosa, de mal bajar... Después se estrecha y aún se pone mas derecha,  presentando zonas rocosas que se destrepan fácilmente y donde es difícil  no tirar piedras al que baja primero (casco aconsejable). Finalmente la canal se abre en una amplia ladera, primero tarterosa, mas abajo herbosa, donde una senda e hitos ayudan a bajar cada vez mas fácilmente al Alto de Terreros. No llegamos al collado. Nos detenemos brevemente en una inflexión del terreno que hay poco antes del mismo (12.18 h, 1921 m). Tras contemplar al norte el valle amplío y verde que baja hacia la población asturiana de Tuiza (en un rellano herboso del mismo vemos el refugio de Meicín) reemprendemos la caminata. Giramos a la derecha y, por sendas que atraviesan las suaves laderas herbosas del valle situado entre la Peña Ubiña y la Peña Cabello, nos dirigimos, primero al sur en horizontal y bajada (cota mínima 1865 m), y después al SO en subida, al collado de Ronzón.

Durante la aproximación al collado pasan dos cosas. La primera es que el cielo se cubre de nubes que cada vez son mas oscuras. La segunda es que creemos identificar la vía de ascenso a la Peña Ubiña Pequeña por su cresta NO. La pregunta es, ¿aguantará el tiempo lo suficiente como para permitirnos alcanzar la cima de la “pequeña” y bajar  por su vía normal (que tampoco conocemos) hasta una zona segura? Evidentemente no tenemos respuesta. Pero algo nos dice que yendo rápidos podemos hacerlo. Así que decidimos ir hasta el punto de inicio de las dificultades. Una vez allí decidiremos si nos metemos en la cresta o pasamos del pico y bajamos a Torrebarrio.

Llegados a la canal que baja al SE del collado de Ronzón, subimos por una pala herbosa a otro collado situado a la izquierda (S) y algo por encima del mismo. Una vez allí (13.04 h, 1986 m) vemos el camino de la vía normal de la Peña Ubiña Pequeña, que sin subir se dirige al sur por debajo de los contrafuertes inferiores de la cresta NO. Otra senda menos marcada remonta un cordal de hierba y tierra que finaliza en una canal herbosa que baja de la arista. El cielo sigue igual. Queremos pensar que se mantendrá sin llover durante un par de horas. En ese tiempo deberíamos poder subir unos 200 metros de desnivel por fuertes laderas herbosas y una cresta catalogada como PD,y bajar otros 300 por la vía normal. ¿Qué hacemos? ¿Subimos o bajamos? ¿Sí o no?. Gana el sí…

Remontamos el cordal y llegamos a la canal. La senda se transforma en un tenue huella de paso. Pero hay hitos. Tras remontar unos metros de canal, estos nos llevan a otra canal mas estrecha situada a la izquierda, por la que se ha de subir. El terreno es herboso y muy pendiente. Ascendemos con cuidado pero sin problemas, poniendo los pies en pequeños escalones de tierra. Mas arriba progresamos a plena pendiente. Por debajo la ladera se desploma vertiginosamente. Llegamos a las rocas de la cresta. Una repisa asciende a la derecha bajo un desplome y nos deja en la arista, que presenta un aspecto impresionante. Continuamos por la misma (hitos), con pasos de trepada estrechos y aéreos, mas impresionantes que difíciles. Toda va bien hasta una brecha dominada por una pared vertical. La salvamos por la izquierda, con un paso lateral muy aéreo y expuesto (mas fácil de lo que parece) que nos deja en un muro. Seguimos por el mismo (terreno muy derecho y colgado, pero sencillo) hasta lo alto de la arista. El conjunto del paso desde la brecha son unos 15-20 metros de II/I+ donde una cuerda podría ser útil. Las principales dificultades quedan atrás. Seguimos a toda cresta. Enseguida llegamos a una brecha (hito) donde sale una canal en la cara sur, por donde sube la vía normal.

Lo que resta es sencillo. Un tramo de ladera-herbosa, un sector de cresta mas o menos estrecho pero sin problemas. Y alcanzamos la cima de la Peña Ubiña Pequeña (15.05 h, 2193 m). Nos sorprende no encontrar la cruz metálica que aparece en las fotos de la guías. Como tantas otras deben de haberla deportado… Al norte las nubes cubren totalmente el cielo y se oye algún trueno. No hay tiempo que perder. Echamos un vistazo al paisaje, hacemos unas cuantas fotografías y nos vamos para abajo (15.11 h).

A buen ritmo pero sin correr desandamos la cresta hasta la brecha donde sale la canal de la vía normal. Bajamos por  la misma confiando en que la senda estará marcada y habrán hitos. Así es en el corto tramo de canal-pared. Pero cuando llegamos a la ladera-pedrera toda indicación de sendero desaparece. Durante unos minutos vamos de aquí para allá buscando indicios de una ruta que no conocemos ni sabemos por donde va. Podríamos bajar recto (O), pero tememos encontrar una línea de cortados. Así que nos olvidamos de la vía normal y el collado de Ronzón y optamos por bajar directamente a Torrebarrio. Flanqueamos a la izquierda (S) en busca de un cordal terroso y bajamos todo tieso por el mismo. La cosa sale bien. Un descenso terriblemente empinado por tierra, pedrera, hierba, roca y terreno mixtas nos lleva, primero al O, después al SO, por laderas progresivamente menos pinas y mas tranquilas. Cuando el cielo se pone muy oscuro, los truenos son continuos y empiezan a caer gotas, ya nos movemos por los amplios cordales herbosos situados al oeste y unos 200 m por debajo del collado de Ronzón. Nos detenemos para dejar a mano el equipo antilluvia. Ahora ya pueden caer chuzos de punta…

En contra de lo esperado la tormenta apenas nos roza. Sólo cae una mínima lluvia y no llegamos a poner ni la funda de la mochila. Descendemos chino chano, campo a través por campas de hierba. Siempre hacia el oeste, trazamos el itinerario que nos parece mas cómodo (que no rápido) para llegar a las casas de Torrebarrio, que en todo momento tenemos a la vista. El tiempo mejora. Las nubes se abren y hasta luce un sol caliente y machacón. Encontramos vacas y mas vacas que llenan las sendas de ingentes cantidades de mierda. Cada dos por tres hemos de hacer equilibrios para no hundirnos en el estiércol. Y no siempre lo conseguimos... Sin nada especial que contar alcanzamos las casas del barrio mas oriental del pueblo. Poco después llegamos al coche (17.10 h).

Un cuarto de hora mas tarde estamos en la terraza del bar del hostal tomándonos unas cervezas y unas tapas. A nuestro lado un enorme mastín leonés, que está tumbado en la acera, nos mira con expresión cansina. Por el cielo las cigüeñas van y vienen emitiendo un sonido de repique (crotoreo) que no habíamos oído nunca. El fluir generoso, continuo, relajante, de una fuente cercana impregna el ambiente. Dos niños juegan a la pelota en la calle. Brisa suave. Temperatura agradable. Es como si el tiempo fuera mas despacio. Tranquilidad. Paz…

Estamos contentos y satisfechos de esta primera salida por Babia. La ruta de las Ubiñas ha sido preciosa. Las dos ascensiones entretenidas, cada una con un estilo distinto. El tiempo en general mas que aceptable. Las vistas, espectaculares, nos han descubierto un mundo de montes desconocidos. Pero sin duda, lo que ha marcado y mas recordaremos de esta excursión será el encuentro con el zorro en la cima de la Peña Ubiña. Tanto el hecho como el lugar donde ocurrió, convierten esta experiencia en extraordinaria e irrepetible. Como dijo Encarna, "es algo único, que por si solo justifica las vacaciones...".

Las montañas de Babia nos han abducido. Hoy hemos visto que, además de las cumbres del macizo de las Ubiñas (el mas alto y alpino), hay muchos otros montes y valles mas discretos que queremos conocer. Mientras nos tomamos una segunda tanda de cervezas estudiamos los dos mapas de la zona (macizo de Ubiñas y Parque de Somiedo) y empezamos a trazar posibles rutas. Soñar despiertos… Necesitamos mas tiempo. De mutuo acuerdo decidimos olvidar las excursiones en Pirineos previstas para la segunda semana de nuestras vacaciones y alargar la estancia en estas tierras. Hablamos con la gente del hostal y prolongamos la reserva sin fecha definida. Después pedimos una tercera ronda. El cansancio de la excursión, la sensación de estar bien y la cerveza, forman un coctel que nos sume en un agradable estado semi-hipnótico, cercano al nirvana. No hay duda. Estamos en Babia…


La ruta en imágenes
(Aconsejamos ver como como presentación -mas calidad- . Para ello pulsar en la foto y después el botón "pantalla completa")


EniEn - Julio 2011

2 comentarios:

  1. Enric, Encarna, és que no pareu, estic al.lucinat amb la vostra activitat setmanal, especialment perquè són a llocs diferents i muntanyes poc conegudes.
    Després de vacances hem de fer una sotideta.
    Una abraçada

    Juli

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  2. Im-presionante!
    M'he quedat babejant mentre mirava les fotos! I també he rigut amb la de la "màscara" X-D

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