Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

miércoles, 27 de abril de 2011

VIA CRUCIS

De las montañas que rodean el embalse d’Escala, el Tozal de San Salvador es una de las que mas llama la atención. Bajando del Pont de Suert por la N-230, la visión de este monte es cautivadora. Aristas largas, afiladas, soportando una cresta cimera recortada, en la que vegetación pugna con las puntas rocosas. Y alrededor paredes, pedreras, árboles, matorrales…El monte se ve complicado, solitario, inaccesible. Un accidente geográfico curioso pero de escaso interés montañero…

Después de verlo 1 o 2 veces al mes durante los últimos 13 años, quisimos conocer  el Tozal de San Salvador. El mapa del Prames hace una descripción muy sucinta de una ruta de ascenso por la vertiente O-NO, que parte del pueblo de Santorens. Por ahí hicimos un primer intento. Una senda nos llevó hasta un rellano herboso en el extremo occidental de la cresta, desde donde subimos sin problemas las cimas oeste y central. Pero la vegetación nos impidió recorrer la arista que lleva a la cumbre este (que es la mas alta).

Durante la pasada Semana Santa volvimos con la intención de buscar un acceso por la vertiente sur. Contra pronóstico, y a pesar del mal tiempo, alcanzamos la cima oriental. Después, a trancas y barrancas, logramos abrirnos paso por la cresta, subiendo las otras dos cumbres. Descendimos por la senda de la vía “normal”, cerrando un recorrido circular, inédito y salvaje, que, teniendo en cuenta las fechas, bien podría calificarse como un pequeño “vía crucis”.  

TOZAL DE SAN SALVADOR  

Fecha
Jueves (Santo) , 21 Abril 2011
Asistentes
Encarna y Enric
Zona
Prepirineo. Ribagorza Oscense. Sobre el embalse d’Escales
Inicio ruta
Santorens (se llega tomando el desvío en la N-230 Km 112.5). Casa al final de la pista asfaltada 
donde sale el camino a la ermita de Sant Pere d’Iscles
Final ruta
Recorrido
Final pista asfaltada-Pista a estación de antenas de las Planelles de Sodo- Cara S del Tozal San Salvador- Cresta-Cima E (principal)- Cresta-Cima Centra-Cima O- Ermita San Pere d’Iscles-Collada
Santa Bárbara- Camino de la Buira-Final pista asfaltada
Noche
No
Material
Senderismo.  Con gente no habituada un cordino y alguna cinta pueden ir bien
Dificultad
Técnica
Baja. Cresta algún paso aéreo y estrecho, llenos de vegetación
Física
Baja, pero la “lucha” con la vegetación llega  a  agotar
Cota (m)
Mínima
1075 (final pista asfaltada)
Máxima
1511 (cima E de S.Salvador)
Desnivel (m)
Ascenso
 518
Descenso
518
Distancia
4.4 Km
Horario
Total
4 h 6 min
Efectivo
3 h 10 min
Climatología
Nublado con ratos de lluvia fina. Fuerte bochorno.
Cartografía
“Turbón y Sierra de Sis”,Mapa Excursionista nº13, 1:40000,  Prames, 2006
Bibliografía
Libro del mapa citado, Itin nº8 (muy escueto y solo para la bajada)
Valoración
Ruda y curiosa excursión a una de las montañas mas características del entorno del embalse d’Escales. Ascenso y cresteo sin camino y con vegetación muy incordiante. Bajada por buena senda. Buenas vistas.
Comentarios
Soledad y aventura garantizada. Itinerario tope “jabalí”. En la cresta algún paso trepada (max II-III)
que pueden esquivarse abriéndose paso en una vegetación espesa y lacerante. Llevar ropa 
vieja y guantes. No recomendable en días calurosos. Una de esas excursiones a una cima
modesta que dejan regusto de algo grande.


RELATO

Jueves (Santo) 21 Abril 2011. Laspaules. Tal como predecía la meteo el día sale nublado. Por la tarde se esperan lluvias. Decidimos hacer una salida matinal. No hay que pensar mucho. Iremos al Tozal de San Salvador para explorar su vertiente sur. La intención es encontrar una vía de acceso en esta vertiente que nos permita, mas adelante, alcanzar la cima oriental de la montaña, que es la única que nos queda por subir.
El Tozal de San Salvador desde la N-230
El cielo esta gris oscuro cuando aparcamos al lado de la casa que hay al final de la pista asfaltada que sale del cercano pueblo de Santorens. Convencidos de que no iremos lejos, empezamos a caminar (10.04 h, 1075 m). Hay una bifurcación de pistas. Por la de la izquierda (N, poste señalizador) se va a la ermita de San Pere d’Iscles, donde sale la senda de la vía “normal” del Tozal. Tomamos el ramal de la derecha. En suave ascenso y con un piso pedregoso con restos de asfalto, rodea la montaña por la derecha (vertientes S y SO) camino de la estación de antenas de les Planelles de Sodo. Rompe a llover. Dudamos entre darnos la vuelta o ponernos la capa y continuar. Es pronto para plegar. Seguimos. Tras un tramo inicial de subida la calzada se aplana. A nuestra izquierda (N) la ladera de la cara sur se alza hacia la cresta, situada 300 metros mas arriba. Vamos atentos a cualquier indicio de senda que suba por la misma. Nada de nada. Llevamos recorridos 1,25 Km de pista cuando vemos a la izquierda un pequeño hito. Lo mas seguro es que sea casual, pero decidimos investigar. Así que dejamos la pista (10.23 h, 1161 m).
 
 
  
Como era de esperar no hay senda. Pero si multitud de huellas de paso de ovejas y cabras que  permiten caminar entre los arbustos con comodidad. Subimos algo a la derecha (E) del centro de la ladera, en dirección de una canal muy marcada que alcanza la cresta antes de una punta rocosa que preceda a la cima oriental. Deja de llover y nos sacamos las capas. El ascenso prosigue lento pero sin paradas. A nuestras espaldas el embalse de l’Escala y el pico de San Cugat cierran el horizonte. La zona inicial de matorrales espaciados se acaba. Aumenta la inclinación de la ladera. Los arbustos se enredan entre los árboles y forman densas barreras difíciles de atravesar. Por suerte, siguen habiendo algunas huellas de paso que, con un trazado errático y nunca directo, nos dejan ganar metros e ir conectando zonas de pedreras o escasa vegetación.
 
Las bandas rocosas se acercan, entramos en la canal y todo se complica. Prácticamente desaparecen las huellas de paso. La vegetación es espesa, hay pequeños muros medio cubiertos por las matas. El avance, hasta ahora cómodo, se hace  difícil. Aparecen los primeros tramos “jabalí” en los que hemos de abrirnos paso a fuerza de empujar matas y ramas. La visibilidad se reduce a los árboles y arbustos que nos rodean. Perdemos la noción del tiempo y de la posición. El altímetro del GPS dice que estamos muy arriba, pero la canal sigue y sigue… Llegamos a una pequeña brecha. Trepamos por la pared de la derecha para ver donde estamos. La cresta se encuentra a una veintena de metros. También vemos una  punta ancha y rocosa. Parece la mas alta y suponemos que es la cima oriental. La tenemos a tiro. Nuestra prospección matinal se ha convertido en un intento en toda regla.
 
 
Una quincena de metros mas pugnando con las ramas y alcanzamos una brecha de la cresta (11.15 h, 1481 m). Seguimos a la derecha (E). Un par de pasos de trepada y nos plantamos en lo alto de una punta. Vuelve a llover. La bajada es sencilla, pero la roca está mojada y resbala. Con cuidado, ayudándonos uno a otro, salvamos una pared vertical de 3 metros de altura y llegamos a una nueva brecha. Continuamos subiendo, siempre al este. Cruzamos otra punta. La cresta se ensancha y forma un ancho muro irregular y poco inclinado. Lo atacamos por las pequeñas canales y terrazas llenas de arbustos. Fácil pero algo delicado. Mas arriba la arista se estrecha y aplana. Hay aire por los dos lados. Encontramos un montón de piedras. No hay nada mas alto. Estamos en la cima oriental del Tozal de San Salvador (11.25 h, 1511 m). Abrazos, besos... Curiosamente, alcanzar esta modesta cumbre nos produce la misma alegría y satisfacción que coronar un tresmil. A menudo valoramos las cosas mas por lo que cuestan y representan, que por lo que en realidad son…
A pesar del mal tiempo permanecemos un rato en la cima. Teniendo en cuenta las condiciones, las vistas aéreas sobre el embalse d’Escala, los valles y los montes de los alrededores, son bastante aceptables. Cesa de llover. Hacia el oeste contemplamos la cresta que lleva a la cima occidental. Un desfile de puntas calcáreas y formas variadas, que sobresalen de un fondo verde. A la derecha (N) cortados. A la izquierda (S) una ladera empinada y poco clara. Por segunda vez en lo que va de día nos preguntamos si nos volvemos (por donde hemos subido) o seguimos adelante. De nuevo decidimos continuar por la cresta. 
A las 11.45 h abandonamos la cima. Vuelve a llover, pero lo hace sin demasiada convicción. Conocer la vía nos  ayuda. En diez minutos escasos llegamos al lugar donde alcanzamos la cresta (11.55 h). Un breve alto y seguimos, ahora por terreno desconocido. Siempre que podemos vamos por la cresta. Sólo cuando esta se pone chunga (pasos verticales o en roca mojada y resbaladiza) y no lo vemos claro, bajamos unos metros por la izquierda (S) y nos abrimos paso entre la vegetación para volver a la arista. Poco a poco vamos avanzando. Deja de llover. Se levanta una suave brisa que esperemos ayude a secar la roca. Llegamos a un collado algo marcado al pie de una torre caliza de una quincena de metros de altura (12.05 h, 1483 m). Una huella de paso se escurre entre las matas en dirección sur. Nos da la impresión que siguiéndola nos llevaría ladera abajo sin demasiados problemas. Intuimos que no estamos lejos del lugar de la cresta donde llegamos en nuestro primer intento. Además el tiempo mejora. Una vez mas (y son tres) decidimos continuar…
Enseguida llegamos al pie de la torre calcárea. No sabemos lo que será mejor. Rodearla por la izquierda (mal rollo, la vegetación es densa y pinchosa) o subirla y bajarla. Le digo a Encarna que espere y pruebo. La trepada es sencilla (I-II). Un pequeño bosque colgado a media altura me impide continuar con la mochila. Al cabo de varios minutos de renegar y maldecir me doy por vencido. No tengo mas remedio que quitarme el macuto y dejarlo para poder finalizar el ascenso. Poco después, un paso vertical y colgado, pero con buenas presas, me deja en el estrecho filo de la cima de la torre. Por el otro lado (O) hay una pared vertical de unos 8 metros de alto. No veo claro el destrepe. Habríamos de montar un rapel (llevamos un cordino y algo de material). Dejando de lado el tema de pasar las mochilas por el bosquecillo de los cojones, me parece demasiado lío. Mejor rodear la torre… Poco después, tras una nueva sarta de insultos, me reúno con Encarna al pie de la torre. Ha sido un buen intento, pero nos ha costado mas de veinte minutos…
Si subir la torre con la mochila fue una tarea imposible, rodearla no es mejor. Las matas y las ramas, cabronas a mas no poder, se nos enganchan en el cuerpo y los brazos. Sentimos pinchazos, arañazos, golpes… Hemos de empujar y tirar con todas las fuerzas para liberarnos del abrazo de la madre naturaleza. Por si todo esto fuera poco, un par de escalones rocosos, defendidos por algunas zarzas, ponen la guinda a un tramo no muy largo pero intenso. Tras diez minutos escasos de lucha alcanzamos un pequeño rellano situado al pie de la pared oeste de la torre, que desde aquí no parece tan fiera (12.38 h, 1480 m). A partir de este punto todo se hace mas fácil. Unos pocos metros mas de trepada para salvar una gran roca y llegamos al lugar donde nos retiramos en el primer intento. Las nubes se abren y hasta se cuela algún rayo de sol. La vida vuelve a ser bella…
Proseguimos por la cresta que se ensancha y ya no presenta pasos complicados. Puede seguirse el filo o ir por la derecha. El avance es rápido y sencillo. Ya no hay interrupciones. En algo mas de diez minutos llegamos al hito que marca la cima central del Tozal (12.50 h, 1491 m). Una decena de metros mas adelante, una pequeña fisura (N) nos permite salvar el escalón rocoso. Después cruzamos una corta zona de bojes y salimos a un rellano herboso y alargado, donde hay una senda. Dejamos a la izquierda (S) una especie de camino (que en la otra vez comprobamos que no lleva a ningún sitio) y vamos hasta el pie de la cresta que sube a la cercana cima oeste.12.53 h, 1482 m). Dejamos las mochilas e iniciamos el último ascenso de la excursión.
 
 
La subida a la punta occidental del Tozal es sencilla y bonita. La ruta evidente. Se ha de ir a buscar una rampa formada por escalones rocosos que nos dejan en lo alto de una minúscula roca que constituye el punto mas alto (13.04 h, 1497 m). No hay hito ni nada que señale la cima. Salvando un árbol que hay junto a la cumbre (hasta aquí la vegetación da por saco) bajamos un par de metros al oeste, hasta unas rocas desde la que hay buenas vistas. Luce el sol y se está bien. Es como un pequeño premio a nuestra tozudez…
 
 
 
 
 
Tras permanecer 5 minutos en la cumbre, volvemos por donde subimos hasta el rellano herboso. Recogemos la mochila e iniciamos el descenso. En el extremo oeste del rellano, un pequeño hito marca el lugar donde, un pequeño escalón rocoso, nos deja en la senda. El camino esta marcado y hay hitos. Pero la espesa vegetación exige atención para no perderlo. Tras fuerte descenso al oeste (desde el que hay buenas vistas de Santorens) la senda flanquea a la derecha (N). Después, tras pasar junto a una punta rocosa inicia una fuerte bajada por la ladera NO que finaliza,ciento y pico metros mas abajo, en el amplio collado donde se encuentra la ermita de Sant Pere d’Iscles (13.38 h, 1285 m).El lugar es agradable, hay una mesa y bancos. Hacemos un breve alto. Al norte, muy cercana, se alzan las paredes que defienden la punta de l’Alt del Grau. Recientemente, en las mismas se han abierto algunas vías de escalada.
 
 
 
Continuamos la marcha por un sendero que sale al norte y, casi horizontal, nos lleva hasta el collado de Santa Bárbara, donde hay un bonito oratorio (13.46 h, 1279 m). Después tomamos el Camí de la Buira que, ancho y muy marcado, baja al sur y nos lleva hasta una pista (14.07 h, 1103 m). Cien metros mas por la calzada y llegamos a la bifurcación y al final de la pista asfaltada donde dejamos el coche (14.10 h). Nuestro particular “vía crucis” ha terminado. Ahora toca cambiarse de ropa, recoger los trastos e ir a comer a Laspaules. Después, seguir disfrutando de la Semana Santa…
EniEn - Abril 2011

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