Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

miércoles, 29 de diciembre de 2010

NOCHEVIEJA EN LA NIEVE

Teníamos previsto celebrar el traspaso del año los dos solos, en una minúscula cabaña tapizada de nieve y batida por el viento, del cordal de los montes de Núria. Pero no podrá ser...  Despediremos el 2010 de una forma mas convencional y menos solitaria... Para compensar esta situación, hemos recuperado el escrito en el contamos como pasamos la Nochevieja del 2008...

Aprovechamos la ocasión para felicitaros las fiestas y desearos lo mejor para el próximo 2011. Por nuestra parte, esperamos continuar yendo al monte, y si es posible, hacerlo con todos los amigos que sea posible. La ascensión a una montaña es algo que tarda en olvidarse. Pero aún perdura mas en la memoria el recuerdo de los momentos vividos junto a aquellos con los que compartimos esa experiencia. Salud y montañas...

PORT y TOSSAL DE RUS

Miercoles 31 de Diciembre 2008. A eso de la tarde decidimos confiar en los meteorólogos y tirar adelante nuestro principal objetivo para estas fiestas: pasar la Nochevieja acampados en la nieve. No es la primera vez que hacemos algo así, pero al ser una fecha tan especial nos hace mucha ilusión.  Nadie se ha animado a acompañarnos.Estaremos totalmente solos…

Tras pensarlo detenidamente concluimos que una buena zona para la acampada es el valle del Port de Rus (cerca de Boi-Taüll). Lo conocemos bien, el acceso es fácil, esta muy cargado de nieve y en general no hay aludes (algo importante ya que por encima de los 2000 metros dan riesgo 4). Respecto donde plantar la tienda, nos gustaría hacerlo en una zona llana situada a unos 2400 m de altura que hay poco antes del puerto. Pero como que empezaremos a caminar tarde, seguro que habremos de hacerlo mas abajo y decidir el  lugar sobre la marcha.



 Cuando a las 15.45 h aparco en la explanada que hay junto al puente de Sant Martí (Pla de l'Ermita) el tiempo no es ni bueno ni malo. Preparamos las mochilas a toda prisa. Cuando después de 25 minutos de esfuerzos y juramentos conseguimos colocar los trastos en los petates no nos lo podemos creer. ¡Menudos monstruos! El de Encarna pesa cerca de 15 kilos. El mío casi 20, que sin contar las raquetas, los bastones, el ARVA, la cámara fotográfica, las botas y la ropa (cosas que llevamos encima) mas o menos corresponden a: 
Cosas que llevamos en la mochila
  Peso aprox (Kg)
Encarna
  Enric
Mochila 60 /70 l + funda
2,6
2,6
Tienda + piquetas nieve
0,8
3,2
Colchonetas: 2 aislantes + 2 autoinflables de medio cuerpo
1,2
0,4
2x (saco+manoplas+peucos+ anorac)  plumas
3
3
Ropa recambio, guantes, gorros, chaqueta,y pantalones gore, gafas,etc
1,5
1,5
Cena Nochevieja+fruta+comida ascensión + bota vino + botella cava+ 2,5 litros agua
2,3
4,1
Fogón, útiles cocinar, cubiertos, trapos, papel hogar…
0,5
1
2x(piolet,crampones,sonda,pala,walkies) +GPS+móvil+transistor+ varios
3
4
                                                                                                Total
14,9
19,8
  A las 16.20 h empezamos a caminar con las raquetas en los pies (1680 n). Tomamos el camino que remonta el valle de Sant Martí por su orilla norte. Al cabo de un centenar de metros encontramos una especie de pista que baja hasta el río. La seguimos. Cruzamos el cauce por donde podemos y alcanzamos la pista que va por la otra orilla (S). El grosor de la nieve aumenta, pero al haber traza vamos bastante bien. En 40 minutos llegamos al barranco de Moró donde finaliza la pista (17.00 h, 1840 m). Continuamos ascendiendo siguiendo el valle de Sant Martí, primero en lazadas, después en diagonal,  por una ladera empinada y boscosa. Una buena traza de esquí y raquetas nos permite ir relativamente cómodos y rápidos. Tenemos la esperanza de que la “autopista” se prolongue valle arriba, facilitándonos mucho las cosas. Pero no será así... Cruzamos el río por una palanca de madera cubierta de una gruesa capa de nieve helada, y remontamos fuerte durante unos metros hasta encontrar el poste señalizado del GR. Son las 17.35 h y estamos a 1980 metros de altura. El día se apaga...

Continuamos subiendo por la orilla norte del valle. Pronto la traza de raqueta desaparece. Después la de esquí. Nos metemos en nieve virgen. La luz, escasa y lechosa, no permite distinguir los relieves. Seguimos ascendiendo en diagonal, abriendo traza en una ladera de nieve profunda donde aún con raquetas nos hundimos hasta la rodilla. Encarna está inquieta pero no dice nada. Conocer el terreno y saber por donde y a donde vamos, me hace estar tranquilo. Con todo, esta travesía por debajo de laderas y barranqueras cargadas de nieve fresca y sin compactar no me hace ninguna gracia. Tal vez por esto saco fuerzas de donde no hay y mantengo un ritmo mas bien rápido. La noche nos engulle mientras cruzamos pequeñas canales. En el cielo aparece una luna raquítica y deslucida. También alguna tímida estrella que enseguida queda oculta por las nubes. Ya no se ve nada. Hemos de sacar las lámparas frontales. La cosa se pone interesante...
 
A las 18.15 h llegamos a una zona bastante llana. El GPS marca 2180 m. Encarna me pregunta si es un buen lugar para acampar. Le digo que no. La oscuridad nos impide ver que estamos bajo una empinada canal que baja directamente de un lago situado 300 metros mas arriba, en la coma que forman al sur los picos de l´Estanyet y del Pessó Petit. Un conducto natural de drenaje que en cualquier momento podría purgarse de nieve
Atravesamos la canal y giramos a la derecha (S). Si no voy errado nos encontramos en la parte inicial de la zona de las lomas suaves y amplias del valle del Port de Rus. “Animo, que no queda mucho…” Seguimos flanqueando al sur, casi sin subir, por una ladera empinada donde nos hundirnos hasta el gollete. El avance es muy lento y se nos hace eterno. Por suerte pronto la pendiente se suaviza y caminamos mejor. Poco después el haz de la linterna ilumina algunos pinos que sobresalen de la nieve. Mas allá de los mismos se abre un barranco. Son las 18.30h y el GPS da 2195 m. Reconozco este lugar. Nos encontramos en la loma central del valle, justo donde están los últimos árboles y el terreno es poco inclinado. Aquí no hay riesgo de aludes, pero se está expuesto al viento, que de momento es flojo, discontinuo y muy, muy frío.  El sitio nos parece bastante correcto, por lo que aquí nos quedamos. Cargados como burros y en buena parte abriendo traza, hemos tardado 2h 10 min en superar mas de 500 metros de desnivel a lo largo de algo mas de 4 Km. La excitación hace que no tengamos demasiada sensación de cansancio o de frío. Hemos cubierto el primer objetivo, la aproximación. Ahora empieza la segunda parte de la historia, montar el campamento…

Sentimos un placer que roza lo sexual al liberarnos de las mochilas. Sin ellas parece que flotemos... Las dos cosas mas importantes para acampar sobre nieve en pleno invierno (y mas si es de noche) son la organización y la paciencia. Hemos de estar mentalizados de que todo será lento, laborioso y reflexivo. No se pueden dejar las cosas por el suelo ya que además de mojarse podrían hundirse y/o perderse entre la nieve. Se ha de pensar antes de actuar y sacar de la mochila sólo aquello que se necesita. Por eso es muy importante llevar un petate grande (que permita coger cosas con facilidad) y muy bien organizado
Sin sacarnos las raquetas (sin ellas nos hundiríamos hasta medio muslo), cambiamos las chaquetas por los plumíferos, cogemos las palas y empezamos a cavar una plataforma. Poco a poco, sin prisas, que aun quedan horas para que den las uvas… La nieve parece polvo, pero tiene mucha mas consistencia y es mas pesada de lo que nos pensamos. Primero hay que cortarla con la pala en sentido vertical, después retirarla horizontalmente en pequeñas porciones tomadas de la superficie. Si no se hace así, el paleo enseguida mina las fuerzas y no tardan en aparecer calambres en los brazos. El ejercicio es intenso y pronto sudamos como gorrinos. El hueco ha de permitir montar la tienda holgada y horizontalmente, y además, protegerla contra el viento que sopla desde lo alto del valle (E). Concentrados en nuestra labor, paleamos cada uno en una sección de la “obra”. De cuando en cuando un pequeño respiro. Es una currada de muerte, pero nos parece tan interesante como divertida. Media hora mas tarde hemos preparado una explanada de circular de unos 4 metros de diámetro, con el suelo pisado y mas o menos horizontal, que en su parte oriental tiene un desnivel respecto de la ladera de unos 70 cm. Satisfechos de la obra civil pasamos a instalar la carpa del circo…

Sin deshacer las mochilas, sacamos la bolsa de la tienda  y empezamos a instalarla. Es tipo iglú, con faldones y dos varillas cruzadas que la hacen autoportante y fácil de montar. Pronto la tenemos centrada en la plataforma, con la puerta mirando al fondo del valle (O), donde vemos  las luces de los apartamentos de Boí-Taull. Me he fabricado nueve piquetas con perfil de aluminio de 25 mm y 35 cm de largo, que espero ofrezcan cierta resistencia en la nieve. Así y todo, hemos de hacer una buena compactación de la misma para que los vientos y tirantes de la tienda queden tensos y bien fijados. Finalmente acabamos de afianzar los tres tensores mas importantes (que ofrecen mayor resistencia al viento) con los dos piolets y una de las palas.
Una vez montado el chamizo llega el turno de los acabados… Hacemos un rebaje de medio metro de hondo que ocupa la mitad del suelo del avance de la tienda. Nos permitirá entrar y salir de la misma mas fácilmente. Después cavamos una zanja con la nieve compactada de unos 4 metros que finaliza detrás de un árbol donde estará la zona de letrinas. Por último hacemos un nuevo rebaje para poder cocinar… Cerca de las 20.00 h damos la instalación por finalizada. Pasamos a la fase de “amueblado”…

 Cómodamente sentada en el escalón de la entrada de la tienda, Encarna se saca la carcasa de plástico de las botas y con los botines se mete dentro. Entonces yo le paso los aislantes de  espuma para que las coloque en el suelo. Después le toca el turno a las mochilas, que previamente limpio de nieve. La tienda es amplia (2-3 plazas) y permite dejar los petates a un lado manteniendo un espacio generoso para estar. Mi mujer me pasa el fogón y sigue montando el "mobiliario". Prepara y coloca las colchonetas auto hinchables, extiende los sacos, saca la ropa, la comida, etc. Mientras tanto yo empiezo a fundir nieve en el exterior cómodamente sentado en un pequeño trozo de aislante que he traído con este fin. Me siento tranquilo, feliz, en paz conmigo y con todos. Qué lejos están los problemas del día a día…
De cuando en cuando una ráfaga de viento sacude la tienda y barre la ladera arrastrando partículas de nieve helada. El cielo es negro como el culo de un grillo. No hay luna, ni estrellas. La única claridad proviene de una luz pálida y muy tenue que refleja la superficie nival. Cuando no hay aire el silencio es casi total. Sólo se percibe el ruido monótono del fogón, el rumor apagado de agua fluyendo bajo la nieve, el canto lejano de un pájaro trasnochador, y mil y un pequeños sonidos de origen desconocido. Me pregunto si, como nos pasó en la travesía de Sierra Nevada, hoy también vendrán a visitarnos los zorros. Seguro que no. En estas latitudes hasta los animales salvajes son mas serios y recatados

En 20 minutos Encarna organiza el interior de la tienda y yo obtengo un litro de agua fundida que guardo en una botella de plástico. Llegó el momento de entrar en el refugio. Desplazo el fogón dentro del avance, me siento en el escalón de la entrada y me saco las botas. Al momento noto frío en los pies, que dentro del botín estaban la mar de calientes. Siguiendo el ejemplo de mi mujer, me calzo los peucos de pluma. Después extraigo los botines de las botas, dejándolos en la parte superior de la tienda, donde están los sacos, mientras que la carcasa exterior se queda en la parte inferior, junto a la entrada. El termómetro que hemos colgado en el exterior marca -7ºC y el que está dentro de la tienda 3ºC ¡que calor!. Encarna ha organizado el habitáculo perfectamente. Nada está por en medio, pero todo está a mano y localizable. El tiempo pasa volando. Son las 20.45 h y tenemos hambre. Llegó el momento de preparar la cena de Nochevieja

Manteniendo el doble techo del avance medio abierto para facilitar la extracción del vapor, coloco el fogón nivelado sobre la base del escalón. Después lo encendemos y vertemos en el puchero de aluminio los dos botes de caldo gallego que hemos traído para la ocasión, tapándolo seguidamente (algo muy importante). Mientras se calienta el primer plato Encarna prepara unos entrantes de queso y embutido. Yo me peleo con el sintonizador del pequeño transistor. En FM no hay manera de coger nada. Y en AM sólo emisoras francesas. ¡Hay que joderse! Con la simpatía que le tengo a los gabachos no estoy dispuesto a que me canten las campanadas  en francés, así que me saco los guantes y me empleo a fondo en la operación. Mi esfuerzo se ve compensado al coger un programa de RNE llamado “radio-pasión”. En el mismo los locutores cantan parodias de canciones famosas (algo parecido al famoso tele-pasión de TV1). Es bastante cutre y se oye regular, pero por lo menos es de aquí… Celebramos este pequeño éxito con un trago de vino de la bota que entra de maravilla
El aroma del potaje inunda el habitáculo anunciando que el primer plato ya está listo. Repartimos el contenido del puchero en dos platos y nos zampamos con deleite esta delicatesen. Encuentro a faltar unas guindillas picantes y algo de ensalada. Tomamos nota para la próxima vez. El segundo plato es una hermosa tortilla de patatas que está de muerte. Por último llegan los postres en forma de mandarinas, galletas, bombones, neulas, polvorones y un café vienés. A las 22.30 h ya hemos cenado. Limpiamos y recogemos los trastos mientras que en la radio una mujer parodia a Rocio Jurado con la canción “Como yo te lamo”, cuya letra no tiene desperdicio. Dentro de la tienda la temperatura se mantiene en 1-2ºC y el ambiente esta muy cargado de humedad (al intentar hacer fotografías se empaña enseguida el objetivo de la cámara). Salimos al exterior ha hacer una meadita. El frío es intenso, según el termómetro -9ºC. Volvemos al “calor” de nuestro refugio y nos metemos en los sacos de plumas donde se esta caliente y bien. Ahora sólo nos queda esperar e intentar no dormirnos…

Los agudos berridos de un locutor idiota anunciando que faltan pocos minutos para la media noche, nos sacan de nuestro letargo. Rápidamente cogemos las uvas y permanecemos a la escucha. No tardan en llegar los cuartos, después los campanadas y el clásico atragantado. El 2008 ya es historia. ¡Viva el 2009! Del fondo del valle llegan sonidos de cohetes y petardos que retumban en las montañas. Abrimos una pequeña botella de cava y brindamos por nosotros, nuestras familias y los amigos. También tenemos un emocionado recuerdo para los que ya no están… La fiesta se alarga poco. Salimos para hacer una última visita al lavabo. Se mantienen los -9ºC, el cielo se ha despejado parcialmente y lucen algunas estrellas. Rápidamente volvemos a la tienda y al calor de los sacos. Después un beso, las buenas noches y, ahora sí, nos dejamos caer sin manías sobre los brazos de Morfeo. Fuera se levanta un viento racheado que sacude la tienda. Poco importa. Mañana será otro día…
 Jueves 1 de Enero. Tras una noche tranquila y sin mas problemas que el exceso de calor que dan los sacos, nos despertamos pasadas las 8.00 h. Saco la cabeza de la tienda y veo que el cielo esta parcialmente cubierto de nubes finas. Un sol tenue y anaranjado tiñe levemente las partes mas altas de las montañas. Hace muchísimo frío. El termómetro exterior marca -12ºC y el de dentro de la tienda -5ºC. Tras una rapidísima incursión al aseo, vuelvo al calor del saco y metemos en su interior los pantalones, la chaqueta y los botines. De esta manera estarán calientes cuando nos lo tengamos que poner. Poco después volvemos a quedarnos dormidos.
Cuando vuelvo a abrir los ojos hay bastante mas luz y sopla el viento. Son las 9.10 h, hora de levantarnos. Poco a poco vuelve la actividad a nuestro refugio. Nos vestimos, guardamos los sacos y las otras cosas en sus fundas y las dejamos en el fondo de la tienda. Al mismo tiempo el fogón vuelve a la actividad calentando agua. Desayunamos a base de embutidos, galletas, algún que otro “resto” de la cena y un capuchino. Ponemos en la mochila algo de comida y aquello que normalmente llevamos en una ascensión. Nos calzamos las botas y salimos al exterior. Se está bastante bien. La temperatura ha subido (el termómetro marca -6ºC), el cielo sigue igual y la nieve continua blanda. Cogemos los piolets, las palas, nos ponemos las raquetas, cerramos la tienda y partimos sin tener claro donde vamos (10.10 h)
El objetivo fundamental de esta salida era pasar la Nochevieja en la nieve. Hacer algo mas no entraba en los planes, ya que las predicciones meteorológicas no eran buenas. Pero una vez aquí, y como el tiempo si no bueno sí parece estable, sería un crimen no aprovechar la ocasión. Tenemos para nosotros solos todo el valle del Port de Rus cargado de nieve virgen y sin trazas, algo excepcional. En estas condiciones ir hasta el Port es casi obligado
Dejamos atrás la tienda. Vemos que la hemos emplazado en un lugar tan seguro como privilegiado. La loma donde se encuentra tiene a un lado (S) la abrupta vertiente norte del Castellet de Moró y al otro las laderas que bajan del cordal que une los picos del Pessó Petit y l'Estanyet. Un barranco y una canal defienden el lugar de cualquier desprendimiento que pueda producirse en cualquiera de estas dos vertientes. Lo dicho, a toda prueba
Con un ritmo lento pero continuo vamos subiendo SE) por el centro del valle. La nieve esta muy blanda y nos turnamos en la tarea de abrir huella. Lejos de ser pesado o agotador, el ejercicio resulta rítmico y relajante. Nos rodea la soledad y disfrutamos de ella. El haber realizado esta ascensión hace poco nos ayuda, si no en la elección del itinerario, que está muy claro, sí en saber que hasta la escotadura  del final del valle queda un buen rato y que hay que tomárselo con calma. Así lo hacemos.

 
 Disfrutando de la paz de esta primera excursión del año vamos ganando metros. De cuando en cuando hacemos alguna mini parada para contemplar y fotografiar el paisaje y la traza que dejamos detrás nuestro. Llegados a la altura de la ladera por donde puede accederse a la cresta oeste del Tossal de Raspes Roies, nos planteamos si subimos o no. Es un pico que tenemos ganas de hacer. Pero hoy, completamente solos, con este paquetón de nieve y un alto riesgo de aludes, no es un buen día. Así que lo dejamos para otra ocasión y continuamos nuestra andadura hacia el Port de Rus. La tranquilidad y seguridad de la marcha sólo se ven alteradas cerca del final, cuando en las rampas que defienden el acceso al puerto tenemos que cruzar unas placas de viento. Nuestro caminar se hace mas lento y receloso, cuidando de no “maltratar” con sobrecargas bruscas la capa de nieve costra. Todo va bien. Sin mas problemas alcanzamos el Port de Rus ( 11.50 h, 2614 m).

Luce un sol anémico y deslucido, no hay viento, no hace frío. Se está bien. Tanto que, en contra de lo previsto, decidimos prolongar la ascensión hasta la cumbre del cercano, y ya conocido por nosotros, Tossal de Rus. Después de 20 minutos de descanso, en los que comemos algo y cambiamos las raquetas por los crampones, dejamos las mochilas en el collado e iniciamos el breve ascenso por cresta que, tras pasar por la escotadura sur del puerto, nos lleva sin ninguna dificultad hasta la cima (12.25 h, 2669 m). 


 
 
No voy a describir el paisaje. Solo citar cuanto nos sorprende el dominio del color blanco. La nieve colma las cumbres que nos rodean, tapiza las rocas y los cortados, y forma atrevidas cornisas en las crestas. Parajes gélidos, bellos, inhumanos, donde la imaginación se desata trazando posibles rutas de ascenso a montes inmaculados. Tras permanecer un cuarto de hora en la cumbre iniciamos el descenso. Poco antes de las 13.00 h volvemos a estar en el Port de Rus. Volvemos a ponernos las raquetas. Un último descanso y nos vamos para abajo (13.05 h).
El descenso es rápido, tranquilo, incluso descansado... Tanto Encarna como yo estamos sorprendidos por el excelente comportamiento de las botas de plástico, que son muy cómodas y calientes. Es la primera vez que Encarna hace una salida invernal sin que se le enfríen los pies. En apenas 40 minutos volvemos a estar junto a la tienda (13.45 h). Ahora toca rehacer las mochilas y desmontar la tienda procurando que quede lo mejor plegada posible. Después nos cargamos el petate con la ilusión de llevar menos peso que ayer. Pero sigue siendo un pequeño gran monstruo…
A las 14.30 h iniciamos el descenso por la traza que abrimos ayer noche. En contra de lo esperado, de bajada la carga no molesta demasiado. Sin correr, con las raquetas en los pies y siempre ayudándonos con los  bastones (absolutamente necesarios) vamos haciendo. Cerca de la pista nos cruzamos con una pareja que con expresión de sorpresa miran muestras mochilas. Son las únicas personas que vemos durante toda la salida…
 A las 15.40 h llegamos al coche. Sin perder un instante dejamos las mochilas en el maletero, nos cambiamos de calzado y partimos hacia Laspaules, donde nos espera una buena ducha. Nos sentimos felices y orgullosos por nuestra pequeña aventura. Ha sido una forma muy bonita, distinta y reconfortante de celebrar la Nochevieja que nos ha dejado un buen sabor de boca, y ganas de repetir... Tanto que estamos seguros de que no habremos de esperar a la próxima Nochevieja para volver a acampar en la nieve. Queremos hacerlo lo antes posible y en otro lugar. También nos gustaría tener compañía, aunque este tema lo vemos muy crudo. A ver que se nos ocurre…
EniEn - Enero 2009

3 comentarios:

  1. Vaig llegir aquest relat una nit molt tensa. Em preparava les opos a càtedra.
    No teniu ni idea de com em va regenerar. Ni idea.

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  2. No puedo imaginar una mejor forma de pasar un fin de año. He descubierto vuestro blog preparando una ruta al pico Montihuero (Babia)y me ha interesado mucho. Seguiré vuestras andanzas. Saludos y enhorabuena

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  3. Javier, muy contentos de que te intereses en nuestras andanzas. Fantástica cima el Montihuero. Con nieve debe ser increible...
    Respecto lo de pasar el fin de año en la nieve, es absolutamente recfomendable. Este año nos gustaría volver a hacerlo, y si es posible con mas gente...
    Un abrazo
    EniEn

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